Actualidad Informaciones de fondo Documentación Opiniones Enlaces Contacto


Sobre los ataques a la Comisión de la verdad

Pronunciamiento del Movimiento Alianza Humanista Juvenil en relación a los ataques a la Comisión de la Verdad y Reconciliación


Hemos sido testigos en estos últimos días de una campaña sistemática que busca desprestigiar el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación a pocas semanas de la presentación de su informe final. Las críticas giran alrededor de la procedencia político ideológica de algunos comisionados y de la naturaleza criminal de los grupos subversivos que no admiten reconciliación alguna. El argumento central es que los únicos culpables del derramamiento de sangre a partir de 1980 son: Sendero Luminoso y el MRTA y que la Comisión lo que hace es impedir que las heridas de la guerra cicatricen y regresen la paz y concordia entre los peruanos.

Es claro que quienes esgrimen esta posición pretenden ocultar las verdaderas razones de la violencia política, sobre todo aquella relacionada con la violencia estructural ejercida contra amplios sectores sociales, históricamente marginados y negados por el Perú oficial, este último pretendidamente civilizado y cosmopolita. Es completamente comprobable que en el Perú, la exclusión económica, política y social de la mayoría poblacional, principalmente de raíz andina, se acompañó de prácticas sociales violentas basadas en un racismo feroz y en la explotación de las clases populares, no mediada por un estado patrimonialista y oligárquico.

Que el problema peruano sea aún mas complejo, incluso con relación a otros países latinoamericanos, no ha impedido que las élites nacionales pretendan enterrar la historia con el fin de lograr la impunidad. Es por eso demostrativo que quienes atacan con mayor ferocidad a la Comisión de la Verdad y Reconciliación sean el gran empresariado, la ultraderecha política y el ejército. Es decir la triada que justificó y avaló, no solo a la criminal dictadura fujimorista, sino la política sistemática de violación a los Derechos Humanos durante la guerra interna desde la década de los ochenta. También quienes respaldaron y cometieron actos represivos que ensangrentaron protestas legítimas de trabajadores y campesinos en décadas anteriores al periodo de violencia estudiado por la CVR. De esta forma, el discurso privado de la derecha política y del poder económico, justificativo de la medidas militares de represión indiscriminada y arrasamiento, pretende ahora, reformularse y enmascararse con el pretendido olvido reconciliador y el agradecimiento a las funciones tutelares y protectoras de las fuerzas armadas.

La pretensión es realmente a la luz de los terribles crímenes con carácter de genocidio que se atribuyen a las fuerzas del orden. El querer ocultar esta realidad resaltando la acción demencial de Sendero Luminoso, demuestra un profundo sesgo ideológico de los sectores conservadores, pero además una indignante degradación moral. Es intolerable e indignante la tesis que achaca toda la responsabilidad a la subversión. Incluso es sumamente cuestionable utilizar el termino de terrorismo para señalar exclusivamente las acciones de estos grupos violentistas, pues significa negar el concepto de terrorismo de Estado, existente conjuntamente con el terrorismo de los grupos alzados en armas, en los años que son materia de investigación.

ENTENDER Y SENTIR LA HISTORIA

Hacia 1980 el Perú había cumplido 159 años de una falsa independencia .El pueblo empobrecido cambió el yugo español por otro hecho aquí. La esclavitud sólo fue abolida en el papel, pues las condiciones de trabajo se mantuvieron. El desprecio al campesino demostró que ninguno de los gobernantes tuvo la más mínima idea de lo que el país exigía. Protectorados, gobiernos ultra derechistas y en mayor proporción gobiernos militares. En pocas palabras, la clase explotadora se hizo cargo siempre del país llevándonos a la pobreza extrema que sufrimos hasta hoy. Mención aparte nos merece el gobierno de Velasco que demuestra que por formación misma las Fuerzas Armas, por más buena voluntad que puedan tener, no deben gobernar nunca.

Bajo la luz de la historia, creemos necesario aclarar lo que sufrió el país fue una guerra interna que tuvo cinco actores:

1. Los movimientos subversivos: Sendero Luminoso y el MRTA 2. Los militares, asociados tanto con la clase política nacional como los Estados Unidos de Norteamérica a través de la CIA. 3. Grupos Paramilitares: Rodrigo Franco, Escorpión, COLINA. 4. Los comités de autodefensa: "la guerrilla Ashaninka" y Ronderos. 5. Los civiles.(como víctimas).

Debemos partir por decir la verdad para poder buscar la Reconciliación. Los culpables de genocidios, asesinatos selectivos, secuestros, reclutamientos forzados, torturas, fueron tanto las fuerzas armadas como los grupos subversivos. La perversidad de los comandos de aniquilamiento de la subversión fue igualada, y a veces superada por los comandos militares. Es famoso el caso del general Clemente Noel Moral quien alguna vez dijo en el legislativo: "Yo mato 100 indios con tal que uno sea culpable". La perversidad fue ejercida también por los paramilitares preparados por la CIA norteamericana en sucursales como la Escuela de las Américas, donde se gestaban los escuadrones de la muerte para aplastar cualquier intento de rebelión contra gobiernos corruptos y vende patria en Latinoamérica .Nos referimos no sólo a "Rodrigo Franco" o a "Colina", sino a aquellos que seguirán en la impunidad por falta de información o silencio cobarde.

En medio de este tiroteo nos encontramos los civiles. Las verdaderas víctimas de la guerra interna y que sufrimos el terrorismo irracional de los grupos subversivos como también como el terrorismo irracional del Estado. Los gobiernos de Acción Popular, APRA y el decenio criminal y corrupto del fujimontesinismo fueron incapaces de resolver este conflicto sin recurrir a la guerra sucia, poniéndose al mismo nivel de la subversión.

Es muy grande el reto que tiene la sociedad por esclarecer la verdad de lo sucedido y decimos esto por lo que los hechos demuestran. Y definitivamente gran culpabilidad tiene la clase política. Y es que esta ha sido parte de la guerra sucia o terrorismo de Estado. Recordemos casos emblemáticos como el del ya mencionado General Noel en el gobierno de Acción Popular, el caso de los penales (Frontón, Castro Castro, Santa Barbara) y del comando "Rodrigo Franco" durante el gobierno del APRA, y "Colina", acompañado de la destrucción del Estado de Derecho en el fujimostesinismo. Sumándose a esto, en la actualidad, la permisividad que se le da a las fuerzas armadas quienes se niegan a declarar ante la Comisión de la Verdad.

Nosotros sostenemos que los criminales que desangraron el país deben ser tratados por igual. ¿Qué diferencia hay entre los subversivos que asesinan inocentes y militares que también lo hacen? ¿Que diferencia hay entre dinamitar una calle y quemar el Banco de la Nación con los trabajadores en el interior? ¿Que diferencia hay entre los degollamientos perpetrados por algunos elementos subversivos y los infantes de marina descuartizando huantinos?. Tanto los ideólogos como los ejecutantes de ambos lados son culpables de miles de muertos civiles. ¿No son lo mismo los deudos de la Cantuta, Cayara, El Frontón, Huanta, Tarata? ¿No claman justicia por igual?.

A los gobiernos de turno sólo les interesó ganar la guerra y no contemplaron las consecuencias. Es por eso la terrible impunidad que permite la libertad de los militares y paramilitares que se comportaron igual o peor que los subversivos, amparándose en que las FF.AA. son las que "tutelan" la nación. Esto es vergonzoso para la sociedad y para las futuras generaciones.

Los militares y gobernantes que permitieron la intromisión de Estados Unidos y la CIA, que aplicaron genocidio y tortura, mayormente están libres y boicotean todas las intenciones de la CVR, de al menos decir con claridad lo que sucedió aquí, mientras que los subversivos presos y sin derechos, sufren penas inhumanas en cárceles tumbas, juzgados con leyes aberrantes y jueces militares sin rostro. Esto demuestra la política del crimen y castigo por un solo lado sin comprender lo sucedido en el país. Y en todo lo que ocurre también son culpables de la desinformación de la población los medios de comunicación, quienes callan o publican según lo intereses de sus propietarios y de la élite dominante, hoy, luego de su vergonzoso papel en la dictadura, se ponen de nuevo al lado de la clase política, pensando en actuales o futuros favores, no importándoles boicotear la CVR, que con inmensas limitaciones, hace una meritoria labor.

HACIA UNA RECONCILIACIÓN NACIONAL

Creemos que existen pasos imprescindibles para una reconciliación nacional:

1. Debe existir voluntad política de todas las partes para esclarecer lo ocurrido.
2. Debe existir un auténtica verdad histórica.
3. El siguiente paso es la sanción a los perpetradores de los de lesa crímenes de la humanidad.
4. Se deben derogar las leyes antisubversivas impuestas por la dictadura.
5. Se deben ejecutar las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos- CIDH.
6. Establecer una mesa de diálogo para la Reconciliación y la Paz, que resuelva los problemas pendientes de la guerra y en la que deben participar representantes de los actores de esta última: militares, políticos, subversivos y sociedad civil.

Finalmente, nos pronunciamos porque creemos que estamos en la obligación de exigir a los que gobiernan el aparato estatal: la verdad, sanción a los culpables, reparación a las víctimas. Por lo tanto condenamos expresamente la labor de desprestigio y desmerecimiento que los sectores conservadores de la sociedad peruana, sus representantes políticos, las fuerzas armadas y la mayoría medios de expresión al servicio de los anteriores, llevan a cabo contra la CVR, y principalmente, contra lo que representa: la búsqueda de la verdad y el destierro de la impunidad. Expresamos nuestro apoyo a la tarea de la Comisión, lo cual no significa que no seamos críticos respecto a su resultado. Por último hacemos votos porque el pueblo peruano tome conciencia de cuales fueron las causas estructurales que empujaron al levantamiento en armas de los grupos subversivos y la importancia del proceso de esclarecimiento de los terribles crímenes cometidos en el transcurso de la guerra interna y la necesidad de hacer justicia y así comprender y fundar nuestra real historia.

Queremos Culminar con una frase de Eduardo Galeano: "...La experiencia indica que es la amnesia la que hace que la historia se repita y que se repita como pesadilla. La buena memoria permite aprender del pasado, porque el único sentido que tiene la recuperación del pasado es que sirva para la transformación de la vida presente..."



Publicado en indymedia - Perú (http://www.peru.indymedia.org) 18-08-2003