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LAS VOCES DE LOS DESAPARECIDOS (3)

Informe de la Defensoría del Pueblo

Lima, mayo del 2001



TESTIMONIOS (1)

"...que mala suerte hemos tenido, por qué nos han quitado así a mi papá, si hubiera muerto, siquiera a su tumba hubiéramos ido...hasta cuándo vamos a sufrir nosotros así..."


I. U. M.

He nacido en Quinua, Ayacucho en el año 1956. Yo no he estudiado. Trabajo en las ferias, he agarrado la sección de comida arriba, a eso me estoy dedicando ahora. Tengo tres hijos.

Circunstancias de la detención

Mi esposo ha sido ayacuchano, ha nacido en 1949. A él lo detuvieron acá en el cuartel de Ayacucho, así me han dicho, han detenido a tres personas el 1 de octubre de 1990 a las 10 de la mañana. Hace 10 años ha desaparecido. El era ingeniero agrónomo, ha desaparecido y no puedo hacer nada. En Lima he andado, por acá, por allá buscándolo.

El día lunes primero de octubre ha ido arribita a una oficina de Corpac, fue a solicitar un tractor, tenía un terreno allá. Entre tres han ido, los han detenido, no han salido. Yo he estado esperando en la chacra a mi esposo, nada sabía. Luego vengo a las 5 de la tarde acá, le he preguntado a mi hijo: "tu papá no ha venido?

No, mamá, ha ido al cuartel de Ayacucho a solicitar un tractor, seguramente se han cruzado en el camino".

La búsqueda en centros de detención

He ido a la oficina a preguntar pero ya estaba cerrada, ya no he podido preguntar a nadie. Nuevamente he ido donde esas personas a su casa, he preguntado a su familia, hemos ido a la comandancia, de repente lo han agarrado en una batida, qué cosa ha pasado". Varias personas nos hemos reunido, hemos buscado por acá, por allá, nadie daba razón. Hasta las 11 de la noche hemos buscado y no ha aparecido. Al día siguiente yo nuevamente he ido a Corpac y le he preguntado al ingeniero: "ingeniero, habrá venido ayer acá mi esposo?". "Sí ha venido, nueve de la mañana de acá se ha salido, porque faltaba la firma del presidente de su comunidad, eso hemos pedido por eso ha salido pero no ha regresado". Después, yo he preguntado donde el señor que preparaba comida, me dice, sí de acá tres personas estaban saliendo de la oficina y ahí estaba el carro del servicio de inteligencia, arribita nomás le han seguido y le han hecho subir al carro, el señor era de pantalón beige y zapatilla ploma y su casaca, todo sobre como estaba mi esposo, "con folder negro", era mi esposo.

Testigos de la detención

Me he regresado a pie al fiscal y he presentando una queja, cuando hemos correteado, esa misma noche han soltado a dos. Uno de ellos era ex policía, debajo de Totorillas, ahí lo habían soltado y habían amenazado: "no le vas a decir, si pregunta esa señora por su familia, tú le vas a decir: no, yo no sé, yo estaba en un compromiso, he tomado, por eso no he regresado, no le vas a decir nada, si tu vas a avisar, yo te voy a matar a ti y a tu familia, a todititos"

Al carro hicieron subir a los tres, su chompa se había sacado y con eso lo amarraron. El carro era del ejército, todos sus documentos le habían pedido dentro del cuartel. A mi esposo sus documentos habían pedido y de sus zapatillas habían sacado su pasador y su plata que tenía para que alquile su tractor, toditito habían quitado, después a mi esposo habían llevado a otro cuarto. En tres cuartos los habían separado, toda la noche los torturaron a los tres.

Cuando han salido los dos vinieron a mi casa y me han dicho, "sabe qué señora? nos ha pasado esta desgracia, tu esposo está en el cuartel, hemos dejado con vida, a nosotros nos han soltado, a ver si puedes hacer algo pero no le digas que nosotros te estamos avisando, le están pegando a tu esposo".

Maltrato a familiares

Yo he ido a Lima a ver a varios doctores que mi esposo conocía para que me ayuden, me han ayudado pero nada de resultado me han dado. Mi esposo está en el cuartel. "Y cómo sabes?", "Tal persona me ha contado". "Entonces trae a esa persona para que a mí también me avise", me dice el Fiscal. Entonces yo le he dicho: "No, usted tiene derecho, tiene que acompañarme, ayúdeme, por favor". Hemos ido al cuartel con el Fiscal, él ha entrado como dos horas adentro y a mí no me ha hecho pasar, yo estaba sentada ahí, esperando. Sale y dice: "sabes qué? A tu esposo dicen que lo han soltado seguro lo han llevado terrucos, no sé, seguro ya va a llegar tu esposo, aquí en el cuartel no está". He regresado a mi casa y nuevamente he ido así a avisar a mis familiares.

He ido al cuartel, yo solita me he enfrentado. El general me decía: "y qué cosa quieres?". Llorando le he dicho: "General, aquí ha estado mi esposo, qué cosa ha cometido mi esposo, general, yo quiero saber. Por qué le han detenido?", "y por qué no han soltado a mi esposo? A dos muchachos han soltado ustedes y por qué han detenido a mi esposo?". Me dice: "y por qué me estás diciendo tú eso? Con qué derecho tú me estás denunciando con esas palabras, mucho cuidado conmigo. Como me vas a decir, acaso tú has visto? Tu esposo era una gallina qué cosa es? Yo si lo agarro a tu gallina a los tres, a los tres me los tengo que comer, yo no puedo soltar dos, a esos dos, muchas cosas puedo hacer, me dijo". Le dije: "no General, acá está mi esposo, sí está, si mi esposo hubiera sido verdaderamente terruco, ustedes tienen su límite, pásenlo a investigación a los 15 días". "No, si tú me estás denunciando con esas palabras que tú me estás diciendo, mucho cuidado conmigo, trae a los dos, como tú me estás diciendo en mi cara, esas personas también que me lo digan en mi cara. De donde sea tú tienes que traer a esas personas". No podía porque esas personas se han ido a Lima, por todo Trujillo los he buscado he encontrado a esos muchachos. Los he llevado a la Fiscalía en Lima, como testigos, ese muchacho ha dicho, nos han torturado (…), dónde lo has dejado? En un cuarto le he dejado, porque a mí me han amenazado que me iban a matar, por eso me he venido a Lima.

Con ese papel he regresado al cuartel, me dicen, "qué quieres?". "Ahí está, me ha pedido ese papel, todo, documento, me ha pedido, por eso yo he ido a Lima y he encontrado, con ese papel estoy regresando porque el general quería una prueba", le dije. "Por eso estoy trayendo eso". Me dice: "esa prueba has traído, esa prueba no es suficiente". Entonces le digo: "cómo no va a ser esa prueba suficiente, general. En ese caso, a mí también que me mate, con todos mis hijos, como me voy a quedar así, sin nada, porque mi esposo de toda forma lo han sacado y se lo han llevado y no ha salido (…)"

Entonces me dijo: "no me gusta que vengas con Fiscal, tú me vienes con Fiscal y con alguien estás viniendo acompañada, no me gusta que vengas así, mejor ven tú sola. Mañana vas a volver a las 5 de la tarde o a las 3 de la tarde, solita ven, vamos a conversar, tú me estás defendiendo en mi cara, entonces contigo los dos vamos a conversar para avisarte de tu esposo pero yo quiero que vengas sola. Entonces solos vamos a conversar y tú me tienes que avisar con qué amigos andaba tu esposo, con quien caminaba, quién era su amigo, sus amigos quienes eran. Y también yo te voy a colaborar". Le he contado al fiscal: "así me ha dicho, señor como puedo hacer" y él me ha dicho: "no, no vayas ya. El señor te está diciendo para que te mate a ti también, mejor no vayas", me dijo. Entonces me he quedado ahí, ya no he ido.

Amenazas a familiares

Continué buscando aquí en Ayacucho y del servicio de inteligencia me han ido a buscar a mi casa para que me maten. Mi hijo me decía, mamá aunque sea que nos maten a los tres. Como vamos a vivir sin mi papá me dice mi hijo mayor. Fuimos arriba, buscando por allá, correteando en esos sitios. Cuando yo había regresado mi cuñada me dice: un hombre ha venido a tu cuarto. Con tu nombre te está buscando. Es del servicio de inteligencia, lo he seguido hasta abajo. Me he ido a Lima inmediatamente, hay días que sólo tomaba gaseosa, con agua nomás pasamos porque nunca tenía nada, yo no trabajaba y no había dinero. Entonces mi hijos me esperaban. Y cuando he estado en Lima me he enfermado, he estado internada en el Hospital Loayza. Siempre venía, regresaba, venía, siempre estaba en ese plan.

Yo hasta ahorita sigo haciendo trámites. Aquella vez he hecho durante dos años, he correteado, por acá, por allá pero nada, no me han dado razón. Yo quería saber si a mi esposo de verdad lo han matado, aunque sea que su cadáver me entreguen. Lo habrán matado por su plata no sé pues, por qué habrá sido. Parecía que el mundo se ha perdido, yo caminaba por mi esposo. Hasta ahorita, igualito yo sigo, hay unas noches que sueño que él está regresando, "voy a volver, yo estoy detenido", así me dice. Por eso pienso que él está detenido.

Durante un año me han amenazado, me he ido a Lima, un día me he venido acá porque sin mis hijos yo sufría en Lima. Acá nuevamente me habían buscado del servicio de inteligencia. En mi cuarto no me han encontrado y la señora había preguntado, "a quién busca?". "Yo estoy buscando a la señora M", le han dicho. "La señora no vive acá, señor. Cómo puede usted entrar acá sin tocar la puerta?".

Yo estaba adentro temblando, nerviosa me he puesto, ahí entonces la señora me dijo, te han buscado de nuevo. Ya no quiero que vengas, cualquier cosa te puede pasar, a tus hijos mejor llévate allá. Llorando he llegado a Lima y al congresista le he dicho, me están buscando en Ayacucho, yo no puedo estar ahí, entonces él se ha molestado y me ha dicho "siéntate ahí, voy a llamar al cuartel de Ayacucho, porque él me ha dicho que a ti no te van a tocar, ni a tu familia no la van a fastidiar. Entonces por qué te están haciendo eso?". Entonces me ha hecho sentar en la silla de su oficina en el congreso y ha llamado al cuartel y diciendo, "si usted me ha prometido que no va a fastidiar a ella ni a su familia. Entonces por qué está fastidiando?". Entonces el general le ha contestado, que de hoy día en adelante no le va a pasar nada. "Ella que regrese acá, que viva acá con su familia, y no le va a pasar nada". Él me ha dicho "no te va a pasar nada, ya no te preocupes". Desde esas fechas no me han buscado.

La permanente incertidumbre

Hace 2 años, me avisaron que me ha llamado mi esposo. Yo estaba trabajando en mi casa y una chica viene y me dice: está llamando tu esposo. "De donde está llamando?". "No, por teléfono te está llamando". "Quien? mi esposo?", le dije. "Estoy llamando a mi esposa de Huancavelica, estoy llamando, yo me encuentro en Huancavelica". Ahí también he corrido como loca al teléfono. Cuando fui al teléfono, ya no estaban y no me ha vuelto a llamar.

Cuando han secuestrado a mi esposo, también he ido a Accomarca, donde han matado a bastante gente, ahí también he ido, de repente ahí está, he pensado. A todo sitio he ido, pero no lo he encontrado. A Infiernillo también he entrado, ahí he encontrado bastantes cadáveres pero no era mi esposo, a todo sitio he ido pero hasta ahora no encuentro. Por esas llamadas que me hacen también, yo pienso que de repente sigue detenido.

Secuelas de la violencia

Mi hijo mayor estudiaba economía cuando secuestraron a su papá. Pero como ya nos ha pasado ese problema él también ha dejado la Universidad.

Todos en la familia seguimos afectados. Yo permanente estoy caminando. Yo pensaba que iba a aparecer, o de repente me van a avisar qué le ha pasado. Eso es lo que yo quiero saber, de una vez que nos avisen, que nos digan qué cosa ha pasado con esas personas. Ahora yo prácticamente estoy bien resentida con militares, con el gobierno, porque él no reconoce si él sabe, él es ingeniero agrónomo, igualito es su colega también mi esposo, como no va a saber él. Mi hijo mayor, a veces para tomando, reclamando por su papá. Todos sus hermanos, mis cuñados, toditos son ingenieros agrónomos, son nueve hermanos. Por eso mis hijos me dicen: "si no hubiera perdido a mi papá nosotros esa carrera hubiéramos seguido, pero nosotros qué mala suerte, nos han quitado a mi papá". El me dice: "si estuviera mi papá, no hubiéramos sufrido así pero nosotros tanto por qué sufrimos". A sus tíos los mira, a sus primos, tienen su papá, hay días cuando llega Navidad para sus hijos todos compran. Dicen "qué mala suerte hemos tenido, por qué nos han quitado así a mi papá, si hubiera, siquiera a su tumba hubiéramos ido, mamá. Estaríamos conforme, no estaríamos sufriendo". Me hace sufrir cuando miro su foto.

Pedido a las autoridades

Yo le pediría al gobierno que nos reconozca, que nos diga donde está él, que diga qué cosa ha pasado con él. Por qué él se va a callar, señorita, no es cualquier animal para que se calle. Pero el señor Fujimori, sabe donde está mi esposo porque con él se ha perdido mi esposo, él sabe, él es el que está mintiendo. Hasta cuándo vamos a sufrir nosotros así. Hay algunos señores que desde esa vez han caminado, ya son ancianos están sufriendo, ya algunos no tienen habla, así enfermos en sus casas están, han sufrido mucho, de sus familias, de sus hijos, han hecho perder. Con ellos hemos caminado, por acá por allá, llorando, todo eso nos ha afectado, ya son enfermos. Que nos entreguen sus cadáveres siquiera si le han matado.

Julio del 2000



"...ojalá podamos saber siquiera si está muerto o vivo, eso es lo que nosotros queremos, eso no más queremos. Hasta morir voy a andar, junto con mis hijos, ellos me ayudan a buscarlo..."

N. A. N.

Circunstancias de la detención

Vivía con mi esposo y mis ocho hijos. En 1983 ocho militares ingresaron a mi domicilio aproximadamente a las 6 de la tarde. Mi hijo Gilberto llegó de su clase, se había sacado su camisa, estaba comiendo y cuando terminó de comer llegaron los militares y se lo llevaron. Hasta ahora no lo hemos encontrado. Gilberto de 28 años de edad estudiaba agronomía en la Universidad de Ayacucho, sólo le faltaba 5 meses para concluir sus estudios universitarios. Cuando ingresaron le dijeron: "usted es terrorista", pero él no es terrorista. Mi hijo trabajaba en tejidos, era artesano, ayudaba a mis hijos pequeños, quienes estaban chicos. Después de la detención de Gilberto, a los 5 meses otra vez han venido a mi casa, buscaban a mi otro hijo. No se lo llevaron porque estaba trabajando, pero se han llevado mis cositas hasta han llevado frazadas, todas mis cositas, hasta mis platos, todo, me han calateado, me han cargado y me han pegado me han dicho: "tus hijos son terroristas".

A la fiscalía hemos presentado papeles, con abogados pero nada, no nos respondieron nada. Hasta ahora no sabemos nada, si está vivo o si está muerto. También presenté papeles al cuartel de la zona y el general me dijo: "vamos a averiguar, lo vamos a buscar, no me puedes buscar una empleada para llevarme a Lima?". Hasta eso he hecho y le he dado a mi hija menor que trabaje para ellos y quizás pueda regresar tu hermanito, le he dicho.

La búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres

Dicen que se lo han llevado al cuartel. Yo fui al cuartel pero no me han dejado entrar, me dijeron: "no está, a qué vas a entrar?". No está. Donde habrá ido?, me han insultado. Donde habrá ido?. "Donde tus familiares", me han dicho. Hemos buscado en el lugar llamado Infiernillo, por todas partes hemos andado a pie. Más arriba del Infiernillo, por todo esos lugares hemos encontrado, jóvenes, sus ropas, sus lentecitos, sus papelitos, sus zapatillitas, también hemos encontrado.

De mi hijo ni su ropita, nadita hemos encontrado. Ojalá yo lo hubiera encontrado así muerto para enterrarlo, pero hasta ahora no puedo olvidar. También hemos buscado en Lima, primero hemos ido donde el Presidente Alan, a ellos también le hemos contado pero nada.

Hasta ahora sigo buscándolo, siempre estamos averiguando. No los estamos dejando, no podemos dejarlos. Diecisiete años ya que hemos andado, después hemos dejado y después hemos vuelto a buscarlo. Siempre estamos averiguando, buscando información, pero la gente nos dice, que está vivo en las montañas. Sabiendo podríamos ir aunque sea pidiendo limosnas, para llegar a verlos pero sin saber cómo vamos a ir?

Secuelas de la violencia

Mi esposo antes trabajaba en la universidad, por eso mi hijo estudió allí. Ahora ya no trabaja. Cuando se llevaron a mi hijo él lloraba, todos estábamos llorando, sus hermanitos. Y por eso mis hijitos no han acabado sus estudios, se han ido a Lima a buscar trabajo. Mis hijitos están bien felizmente, tengo cinco hijos, dos mujercitas, tres hombres, aquí, dos hombres y una mujer, está invalidita. Han llorado, hasta ahora se acuerdan. Cómo no se van a recordar de su hermano Gilberto, él me decía :"mamá, yo voy a terminar de estudiar, yo te voy a ayudar", y yo le decía "acaso tu papá gana mucho? No nos alcanza y él me daba un poquito", con eso hemos mantenido para su comida. Mi esposo ganaba poco, cómo vamos a hacer, no hay plata. "Mamá yo voy a conseguir trabajo, yo te voy a ayudar", así era. "Yo te voy a criar mamá", así me decía.

Ojalá podamos saber si está muerto o vivo, eso es lo que nosotros queremos, eso no más queremos. Hasta morir voy a andar, junto con mis hijos, ellos me ayudan a buscarlo.

Pedido a las autoridades

La autoridades que nos digan si ha muerto o si está vivo, eso queremos. Queremos saber eso. Y queremos justicia pues. Eso queremos nosotros: justicia queremos. Justicia, cómo vamos a andar sin saber nada? Pero siempre estamos andando nosotros, cómo nos vamos a quedar.

Julio del 2000



"Yo quisiera saber dónde estará, como dicen, ¿estará vivo?, ¿dónde está preso?, si estaría preso iría o si está muerto me dirían y estaría conforme. Ahora día y noche pienso, ya estará viniendo, ya estará llegando, ya habrá salido. Una desesperación es, favor de Dios, pidiendo al señor nomás, creo que él me ha dado valor y fuerza para sostener a mis hijos, sino como día a día, pido a él nomás día y noche por mis hijos nomás. Si él estaría preso, yo iría a verlo, y tú ya estás conforme, y tus hijos ya están conformes."

D. Y. V.

Tengo 48 años, me casé a los 28 años, tengo cinco hijos, tres mujercitas y dos varoncitos. Su papá me los ha dejado, la mayorcita de 9 años, toditos eran chiquitos, chiquitos eran.

Circunstancias de la detención

(...) El 18 de julio de 1990 salió de la casa. Él era comerciante y cocinero. Iba a Huanta y después ya no regresó. En Huanta dice que ha tomado y borracho le han llevado en batida, y de ahí es que no aparece. Un muchacho, le contó a mi cuñado que mi esposo estaba en la cárcel, en la PIP, "lo hemos llevado durante la batida, yo lo siento mucho porque lo hemos llevado, me han obligado los militares. A varios hemos llevado, ahí esta tu hermano", le dijo, "yo lo he visto, hemos conversado". Justamente me habían mandado una carta, (…) él me escribió, ese muchacho me la trajo. La leímos y le ha recomendado a la familia, diciendo: "por favor, ya no tengo vida, ya me han destinado y a mi señora un montón de cosas le había mandado", diciendo "mis hijos, por mis hijos es lo que lloro, mi hogar", diciendo había mandado. Yo conozco su letra, supe con certeza que era él. Entonces dije "lo voy a buscar", pero ya no he podido encontrarlo. Hasta el 20 de agosto creo que caminé. De ahí ya no pude, no tenía plata, tenía que dar de comer a mis hijos. Ya no tenía posibilidad para caminar, justamente las señoras que también tenían problemas, para apoyarme me dijeron: "tienen que sacar papel de donde ha desaparecido. De ahí tienes que sacar papel" y no he podido. A ellas las he visto, antes que desapareciera mi esposo, las he visto como han caminado, caminaban bastante, cargando esa cruz que tienen, "pobrecitas, pobrecitas", decía yo y justo yo también he terminado así.

La búsqueda en centros de detención

He ido a buscarlo a Huanta, a la Fiscalía, a la PIP, en Huanta en la cárcel, un soldado me dijo: "un cocinero que está preso, pero está cocinando" y otro le dijo: "carajo, qué estás diciendo tú?". Y se ha callado y ya no me ha podido decir nada. En la PIP, ahí dice que estaba. Ahora ese muchacho me contó, "seguro de ahí lo han pasado al cuartel, ahí hay un cocinero", y cuando me empezaba a decir lo han mandado callar. Le he preguntado a los jefes y me contestaron feas palabras, como ya no respetaban a las señoras, feas palabras contestaban, entonces con esas palabras yo me he quedado humillada. Llorando me he regresado a mi casa, y mis hijitos, la mayor casi se ha vuelto loca por su papá. Ahora tiene 19 años, ella ya se daba cuenta. Pero dos no lo conocen "quien será mi papá", me dicen.

(…) sola viajaba, me levantaba de noche, cocinando los dejaba, desesperada regresaba, así los dejaba siempre a mis hijos, solitos. Y qué más iba a hacer, yo nomás trabajaba.

Denuncia ante las autoridades

(…) en Huanta he denunciado. Me dijeron en Huanta: "ahora es feriado, regresa mañana", yo les digo "yo no soy de acá, soy de Ayacucho". "Y por qué lo han traído hasta acá! Por qué no lo han liquidado allá!". Y buscando a la secretaria me dijo desde la ventana: "él era comerciante venía acá y por eso lo han hecho desaparecer". Entonces ella me dijo: "ese doctor sabe de eso. Dile algo porque nosotros vamos a salir ya". Entonces le dije: "yo no tengo plata ni medio sol, justo sin almorzar estoy con mi niño, solo tengo para mi pasaje". "Entonces mañana, pasado, después de las fiestas regresas!!". Yo le decía: "por favor!!". Y un señor que estaba ahí atrás le dijo: "apunta pues, nomás, ¿no ves que la señora viene de lejos? La pobre que va a poder venir, ¿no dice que a su esposo está buscando?". Recién allí ha empezado a apuntar en el cuaderno, eso nomás ha sido (…) así he hecho apuntar en Huanta.

He caminado, he buscado, por la ciudad de Huanta, más allá no he ido a buscar, porque no tenía tiempo. Por ejemplo, esos tres primeros días no he ido a trabajar. Vendo comida en San Juan, entonces si un día no trabajo, no tengo dinero. Esos tres días que no fui a trabajar mis hijos me decían, "mamá, ¿no vas a trabajar?, no tenemos".

Hemos sufrido. No teníamos que comer, los vecinos me decían: "toma pan para tu perro", y ese pan era para mis hijos. Porque no sabía de dónde sacar, de dónde hacer comer a mis hijos. Eso es lo que más dolor me da. Ahora ¿qué voy a hacer?, antes teníamos nuestra tienda, teníamos nuestra mercadería. Ahora para eso no hay, si hubiera dejado esto, trabajando hubiera sostenido a mis hijos, pero no. A mi me ha dejado sola, todas mis cosas, buscando hemos terminado la plata.

Mi hija casi se ha vuelto loca, la mayor; mirando la puerta salía, cada rato miraba: "mami, ¿mi papi va a venir ya?". El menorcito: "mami ¿qué le has hecho a mi papi? Seguro le has pegado". "No es que le haya pegado a tu papi", le decía, "no es eso", le decía. Una tristeza era mi vida. Y de remate suben las cosas y no alcanza la plata, no sabíamos qué comer.

La permanente incertidumbre

Yo quisiera saber dónde estará, como dicen, ¿estará vivo?, ¿dónde está preso?, si estaría preso iría o si está muerto me dirían y estaría conforme. Ahora día y noche pienso, ya estará viniendo, ya estará llegando, ya habrá salido. Una desesperación es, favor de Dios, pidiendo al señor nomás, creo que él me ha dado valor y fuerza para sostener a mis hijos, sino como día a día, pido a él nomás día y noche por mis hijos nomás. Si él estaría preso, yo iría a verlo, y tú ya estás conforme, y tus hijos ya están conformes. Ahora con esa idea ni piensan en estudiar, de remate, no tenemos plata, de remate, lo de su papá. Yo les digo: "ya olvídense ya pues, ya estará muerto, pues ya son 10 años. Ustedes tienen pena pero yo no tengo pena".

Y en la calle a veces dicen "papi" y yo siento pena y tiemblo cuando alguien dice "papi", así me dicen mis hijos. Una desesperación es. Hasta el chiquito viene, dice que todos los años vaya a Lima, "anda corre mamá, anda a Lima, de repente ahí está, yendo a Lima de repente lo vamos a encontrar, vamos vamos". "No, quédate con tus hermanos mejor". "No mamá, vamos vamos". Cuando hemos ido a Lima, él ha sido el que ha llorado. En Palacio de Justicia ha llorado mi hijo: "quiero ver a mi papá, suéltalo a mi papá que está preso" lloraba mi hijito, yo he llorado, todos hemos llorado cuando hemos ido a Palacio el año pasado. Dos veces ya he ido.

Por estas épocas, con favor de Dios, ya me estoy conformando pero yo quisiera saber dónde está, por mi mente no sale, por la mente de mis hijos tampoco. "¿Dónde estará, dónde estará?, ¿estará muerto?, ¿estará vivo?", siempre uno piensa. Yo creo que estará vivo, estará preso digo, estará preso. Quisiera verlo nomás aunque sea saber si estará vivo. Yo no pienso que estará muerto, si estuviera muerto ya me hubiera olvidado, yo pienso que estará vivo, yo pienso que sí.

Secuelas de la violencia

No tengo día de descanso, yo nomás cargo con mi familia. Porque hay familias cuando tienes, cuando no tienes no hay. A ver, yo tengo mis hermanos, uno es profesor allá en Santa Elena, mi hermano el otro no le importa como estamos viviendo. Cualquier compromiso que hacen para que cocine, ahí sí me están llamando. Pero capaz de venir a decir a mis hijos unas cuantas palabras, siquiera para que diga: "ese es mi tío me ha contado, eso mi tío me ha ayudado". La que sí me ha ayudado es la madre Covadonga, ella sí me ha ayudado muchísimo. Hasta sus ropas me ha dado. Cuando eran chiquitos yo iba a trabajar a lavar, a cocinar donde sea también pero sanamente trabajaba y mis hijos tranquilos se quedaban aunque sea cochinitos en la casa. Ahora que están grandes a veces yo detrás de ellos, detrás de ellos, ya no tengo ni tiempo.

No hay plata, yo sostengo a mis hijos, no he podido, no he podido. (…) Mi hijo ya tiene 18 años, primaria nomás tiene, ni sabe ni escribir ni leer, eso me tiene preocupada. Yo lo he puesto en el colegio, pero él no ha sabido responder, no sabía aprovechar, es que no había quien le dijera, yo me iba a mi trabajo, ya no hay quien controle. Y ahora no tienen educación porque no puedo, no tengo, solamente vendo comida y no me alcanza a diario gano 5 soles, 6 soles, no me alcanza ni para el desayuno. Por eso no los he podido educar y no ha habido quien les diga, a los chicos. Si viviría su papá (era bien aplicado), les enseñaría a sus hijos. Hasta ahora mi hija llora porque su papá ya no está, ya estaría estudiando algo, "donde estará mi papá?", llorando, todos hemos llorado allá en la casa. Bien triste es cuando no tienes un esposo, y los niños sobretodo, se han quedado traumatizados. A veces entienden, a veces me hacen caso, a veces desesperadamente me contestan, chuscamente me contestan y yo chuscamente les contesto. Lo único que me da pena, es que no tienen educación.

El último de mis hijos ha sufrido porque yo lo he llevado a buscar a su papá, será de eso, de repente de eso es. A veces lloraba, lloraba, miraba, sentía. El chico de eso seguro, su estudio no aprovechaba. No ha aprendido. A veces se olvida y él se humilla ya. No estudia, no es amiguero. No es como los demás, no va a las calles, pero gracias a Dios está en la casa. Y me echo a llorar pero yo no le he dejado ver que de noche lloro (...)

Julio del 2000


"...habían momentos en que gritando uno tenía que llorar, recordándole y así poco a poco, conforme pasan los años, estamos pues olvidando, pero no podemos olvidar del todo, así es."

C. J. S. A.

Mi hijo Juan, cuando desapareció tenía 19 años, era soltero, nació en Huamanga, era estudiante del último año de educación secundaria.

Circunstancias de la detención

El fue detenido el 12 de marzo de 1984, en su colegio, estaba con su hermano menor que ahora es ingeniero. Ese día fue a rendir su examen de aplazado para subsanar el curso de Educación Artística.

No sabemos si fueron de la Guardia Civil o fueron de la PIP; estaban vestidos de civil en el interior del colegio, parecía un Sinchi. Se lo llevaron al Cuartel en Pampa, ahora en la Urbanización Jardín. Nadie se dio cuenta, estaban presentes algunos profesores, inclusive mi otro hijo, por que el Policía se acercó simulando ser amigo de mi hijo, no se identificó como policía le dijo "yo también voy a estudiar, acá hay que suplicar", y lo sacó del colegio.

No volvió, no volvió, comencé a buscarlo; ya para eso, ya se lo habían llevado a la estación de los Sinchis en la Urbanización Jardín, ahí estaba preso. Parece que le preguntaron: "tu papá donde trabaja", y dijo que yo trabajaba en el Juzgado. Al Juzgado se presentó un joven, estuvo sentado en el corredor varias horas; yo seguía trabajando y él seguía ahí sentado. El joven se me acercó y me dijo: "usted se llama Víctor?". Sí, le dije, a usted le han desaparecido a su hijo?, si le dije, "y sabe que su hijo está vivo y sano".

Denuncia ante las autoridades

En la esquina de la PIP, había un restaurante de un familiar mío, ahí comían varios de la PIP, ellos le dijeron a mi familiar: "está ahí, bueno si usted es su familiar avísele a su padre".

Entonces un descuido mío, una negligencia mía, pensando en que podían soltarle, porque yo había suplicado, a miembros de la policía, confiado yo, porque mi hijo no estaba en estos movimientos, no participaba, pensaba "ya lo soltaran, ya lo soltaran" desde esa fecha no sé nada más.

He presentado denuncias, durante muchos años, durante quince años, a la Fiscalía y al Juzgado, después de tres días de la desaparición, más de un mes lo busqué en las bases. Presenté denuncia también a la Fiscalía de derechos humanos. Acudí también al alcalde, a la alcaldesa, después a ella también la mataron, después al Obispado, pero el Obispado de Ayacucho, nada quiso saber nada con los desaparecidos; no solamente con mi caso, sino con los desaparecidos de todos en general, no nos atendieron.

Secuelas de la violencia

Mi señora y yo lo buscamos, sólo nosotros, nada más. Con una desesperación, pasamos llorando, llorando intensamente, sufrimos, habían momentos en que gritando uno tenía que llorar, recordándole y así poco a poco, conforme los años pasan, estamos pues olvidando, pero no podemos olvidar del todo, así es. Hace algo de diecisiete años, que lo buscamos desde 1984, diecisiete años ya, diecisiete años.

Mis hijos, mi esposa y yo recordamos a Juan, bueno, ellos recuerdan hay veces, hay momentos que nos ponemos a recordarle, se ponen tristes, su mamá se pone a llorar.

Julio del 2000


"Como locos estamos hasta ahora, porque donde duerme, está vacío, donde come, sitio vacío, lo que come, plato vacío, lo que llama, lo que pide, no hay...; casi me vuelvo loca (…), no soy gente desde esa fecha…"


A. C. S. A.

Tengo 71 años, soy casada, trabajo en mi casa nada más, no tengo estudios. Estoy viviendo en Huamanga. Vivo con mi esposo, con una hija abogada, también tengo una nietecita, con ella vivimos. Tengo cinco hijos, eran ocho hijos, pero tres hijos hemos perdido ya, uno ha desaparecido, ha desaparecido mi hijo Oscar.

Circunstancias de la detención

(…) 2 de julio 1983, más o menos a las doce y treinta de la noche, tocan mi puerta, "¿que cosa …quién está tocando Dios mío?", así yo digo, por esa fecha habían allanamientos seguidos, entonces abrí la puerta… toditos han entrado, como treinta encapuchados; en la puerta de la calle dos camiones del ejército estaban parados, lo demás ejército, lo demás ropa corriente, pero eran combinados, entonces han entrado y buscando. Nosotros dormimos en un cuarto, de ahí han sacado a todos, nosotros en la pared estábamos parados, estaban mis hijos, mis hijas, todos estábamos. Entonces han sacado a mi hijo, dormido seguro no ha escuchado; entonces buscaron todas mis cosas, no han encontrado ni prueba ni nada. No hay nada pues, entonces, a mi hijo han hecho levantar, jalándolo por el cabellito, entonces lo han sacado afuera; a mi ladito estaba parado mi hijo, mi hija dice: "por qué a mi hermano así presionan ustedes, que cosa ha encontrado", "carajo", vulgarmente dicen: "gran puta cuidado carajo, no hables", así, y a mi me apuntan, a mis hijas también, con bala, a mi esposo también; entonces a mi hijo, con su ropa de dormir no más, sin calzado lo han sacado. Eso es triste, entonces, a mi lado paradito mi hijo dice: "mamá, no llores, no llores, mamacita yo soy hombre, no tengo culpa, para que me golpean, para que me hacen nada"; entonces a mi esposo yo le digo: "por favor, suéltenle a mi esposo, para que le alcance su zapatito, su frazada", así le he dicho; entonces mi esposo alcanza sus zapatos y la frazadita. Entonces han dicho: "lo vamos a llevar". "No, ¿por qué?", yo le digo, "no pueden llevarse a mi hijo, no pueden". Por la fuerza lo agarré y me jaló, agarré a mi hijo; "junto con él me llevas, me matas, cosas haces, pero conmigo". Entonces en la puerta de la calle, me pisotean, me han quitado a mi hijo, se lo han llevado a mi hijo hasta hoy día.

La búsqueda en los centros de detención

Después de eso, lo han puesto en el carro y me gritaban: "vieja no llores, mañana lo voy a entregar en el ejército, en la puerta me esperas" así me han dicho. Entonces, viernes en la noche para amanecer sábado, no se como he ido, al Ejército, nada, a la Guardia Civil nada, a la Republicana nada, Investigación nada; ninguno me ha dado explicación. "No hay, no hay, no, no lo han traído donde nosotros, seguramente al Ejército". Al Ejército cuando iba, me decían: "no, no, nosotros no lo hemos traído, seguramente lo han llevado a Investigación"; así me decían. Entonces a Investigación he ido, Investigación también, también Republicano, también Guardia Civil; así no me daban bola, "no, yo no, yo no", todo "yo no".

Denuncia ante las autoridades

Día sábado, domingo, lunes ya, fui por acá, por allá, nada no sabían, nada, "cómo voy a hacer, que cosa voy a hacer", no puedo pensar cómo. Voy al centro correteando, "¿a dónde voy a entrar?, ¿cómo es?". Entonces yo fui a presentarme al Fiscal, el jueves ya presenté papel a Fiscalía: ¿Fiscal irá que será?…me ha dicho: "no hay, dicen que no han llegado". Entonces exigimos con el abogado casi semanalmente presenté papel, donde Fiscal, después ya le he presentado al Ejército, también he presentado donde Investigación, Guardia Civil, Guardia Republicana, a todos he presentado, pero en ningún sitio me contestan. Entonces a los quince días, mi hijo me ha mandado una papeleta, que dice: "mamacita, estoy acá, completamente quiero salir ya, pero no se puede, buscas plata y buscas abogado para que me saquen". Los que salían presos, me han avisado así, junto con él estaba, esto me ha mandado, ya se está borrando este papelito, … con su mano, con su pulso ha estado escribiendo así… Del Ejército pues me ha mandado ese papelito, en los Cabitos, ahí estaba, cuanto hemos correteado pero no le he encontrado, hasta hoy día no sabemos nada.

Testigos de la detención y maltratos al detenido

(…) un señor ha salido, y me ha dicho: "…ahí está su hijo, mi amigo, él está aguantando esa tortura, está aguantando, no como otros, gritan, lloran; lo que golpean, entonces dicen: 'cállese cobarde, caramba por que gritas'". Así me dicen. "Pero un día para que salgan, una mujercita ha entrado, ella ha culpado, a su hijo por eso han hecho quedar, y un día han hecho subir en el helicóptero, ' vamos a llevar a Paras - Totos', diciendo han llevado, señora". Así me ha dicho, así está, han quedado ahí, entonces desde ahí denunciamos por acá, por allá, nunca sabemos ya, dice que está en Paras - Totos, me dicen: "derepente por ahí han matado", que cosa harán pues, así me ha sucedido…

La búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres

Yo lo busqué por todo sitio, todo el campo, "de repente por acá han matado, voy a encontrar", diciendo, pero no lo he encontrado. Por ejemplo por Puracuti, ahí están bastantes muertos, está comiendo chancho, perro, llegué… y volteando su carita, "de repente es mi hijo" diciendo, no tengo miedo, no tengo hambre en esa fecha. Yo he vivido esa fecha con agua, donde sea yo tomo agua, entonces volteé nada, dientecito de oro el otro, el otro sin diente así, no está mi hijo, así todo sitio he buscado; gritando en el huayco, "de repente han votado al huaico desahuciado", entonces por ahí de repente me contestan y gritaba: "Oscaaar" diciendo así, llamando busqué pues, pero nadie contesta, no le he encontrado a mi hijo (…).

Otra vez también a Quinua he ido, entonces me han avisado: "arriba hay bastantes cadáveres … en el huayco", tardecito ya, más o menos a las tres, las cuatro por ahí, (hace un mes había desaparecido mi hijo); entonces me avisan: "señora , por ahí hay cadáveres, de repente uno de ellos es su hijo", a esa hora lejos es; "¿cómo iré?", dije. He ido para Tambo, es el camino; entonces llegué pues a un huayco, se llama: Paycochallocc, en ese huayco, ahí estaban los cadáveres, todos amarrados con soga, por todo el cuerpo baleados, así, ancianos, jóvenes, criaturas, así, entonces volteando, volteando, se hizo tarde ya. Como loca regresé, a qué hora regresaría pues a Quinua. Llegué a Quinua donde el alcalde, entonces yo le he dicho: "por favor ahí están los cadáveres en el huayco del agüita me están remojando, por favor tráiganlo ustedes, seguramente esta noche van ha terminar los perros", yo le he dicho. En octubre he encontrado, 12 de octubre, entonces, el alcalde ha hecho recoger a esa hora con lamparín todo han recogido, diez cadáveres (…). Entonces me llevaron ellos ya en el cementerio de Quinua, uno por uno sacaron: "¿su hijo es?", "¿su hijo es?"; el otro me agarró, no quería acercarme, entonces estoy llorando yo, no está mi hijo(…); así pues encontré, cuando busqué a mi hijo, muchas cosas he encontrado; ahorita en el cementerio mismo está en fosa común, el pobre de los cadáveres.

Secuelas de la violencia

Después ya con las señoras ya encontré bastantes sitios, cadáveres ya empecé a reunirme, recién andamos juntas unas cuantas señoras, familiares de desaparecidos. Los primeros días andaba sola, por donde sea sola, no tengo miedo a nada, me matan, me hacen (…), hasta mi juicio casi perdí, donde he ido, a veces choqué poste o alguna pared, recién desperté, así he andado. (…) mi esposo en la casa, con los mayorcitos está cocinando, ahí está, cuando regresé a la casa, para mi comida hay o no hay, no me gusta, no me gusta, "mamá come", no, agüita si tomo, donde sea, como sea, con agua no más yo vivo desde esa fecha.

Como locos estamos hasta ahora, porque donde duerme está vacío, donde come, sitio vacío, lo que come, plato vacío, lo que llama, lo que pide, no hay; casi me vuelvo loca, es difícil, es difícil, no era gente en esa fecha. Más bien recién el año pasado, anteaño pasado ya estoy como despertando de un sueño; pero en esa fecha, no tenía ganas para nada, ni mi casa, como sea, a mí no me interesaba se habrá caído, estará caído, estará sucia, que será, no sé, a mí no me interesaba. Difícilmente hemos recuperado nuestra vida.

La permanente incertidumbre

17 años ando buscando, desde 1983, (…) yo no puedo pensar que: "él ha muerto", ó si ha muerto donde están sus restos, y pensamos todavía cuando toca alguien la puerta , yo le digo: "de repente mi hijo regresa o alguna noticia están trayendo", así siempre paso mi día; por eso yo quiero justicia, queremos saber que ha pasado, que le ha sucedido a mi hijo, inocente. Si de repente en el campo alguna cosa agarran como reclamaría, no se puede. Pero a mi hijo es inocente en su casa lo que dormía han sacado, ¿por qué han hecho eso?.

Pedido a las autoridades

Yo quiero justicia, queremos saber de mi hijo y tantos desaparecidos, yo quiero saber, yo quiero que se reconozca lo que han hecho, como han amnistiado a los culpables, así igualito a nosotros que nos reconozcan, que se de indemnización, pero después que nos entreguen su resto, eso queremos nosotros. Yo pido directamente eso. Ellos dicen: "esa mujer terrorista", me dicen, hasta me denuncian, hasta presionan, hasta investigación me llevan, tres años me han amenazado con requisitoriado, entonces he salido felizmente limpia porque no he hecho nada.

Julio del 2000


"... cuando han entrado los sinchis, con miedo me he puesto, temblando, no podía hablar, nada. De ahí me he quedado nerviosa..." "...Nos hemos quedado triste, así hemos crecido, llorando, sufriendo, qué vamos a hacer, y no aparece, no aparece. Tanto pensar también la cabeza ya mal ha quedado"

E. P. D.

Tengo 39 años, cuatro hijos, el menorcito es guaguita, el mayor tiene 10, después 7 y después 5 años. Yo me dedico a la casa. A mi mamá se la han llevado, a mi tía, y a sus dos hermanos, de mi casa han sacado.

Circunstancias de la detención

El 1983, primerito han matado los senderos a la gente, han venido en esa fecha los sinchis, a la medianoche en tropa. Nosotros estábamos durmiendo en la casa, con mi mamá, con mi abuelita, bastantes familiares en la casa. Entraron bastantes, disfrazados con ropa civil de campesinos, con sombrero, con su poncho. Se llevaron a mi mamá, "vamos, me vas a acompañar a declarar con Jueza, vamos a declarar, mañana ya te voy a soltar a las diez de la mañana". Yo me he quedado en esa fecha, con 24 años de edad, mi hermana se ha quedado menor de edad 11 años, otra mi hermanita de 14 años, otra mi hermanita se ha quedado de 18 años. Nosotros nos hemos quedado con pena pues, llorando con mis hermanos.

Testigos de la detención y maltrato a los familiares A mi madre se han llevado diciendo: "tú eres terruca, si no eres terruca vas a ir a declarar. Acompáñame".

No nos maltrataron, a mi mamá nomás la llevaron, la sacaron de su cama, a mi mamá le dijeron: "a la pared, arrodíllate! Arrodíllate de ahí!". Y se ha arrodillado mi mamá, nosotros hemos, dicho, nos va a matar acá. Felizmente no nos han matado, se han llevado esa noche a dos hermanas. Mi tía ha dejado, a su hijito de dos añitos, chibolitos mamando, su bebe también se ha quedado llorando.

Entonces llevamos la comida a donde la Jueza, con una olla llevamos entonces cuando hemos ido, mi mamá estaba en tanqueta llorando, claramente hemos visto. "A qué han venido ustedes!". "No, es que a mi mamá hemos traído comida". "Ah ya! Tu mamá está yendo a Ayacucho al cuartel a declarar, tu mamá va a regresar de Ayacucho".

Volviendo a Ayacucho buscamos en el cuartel, la han denunciado en comisaría, después ha salido en el periódico lo de mi mamá, ahí supimos que ha desaparecido. Hasta hoy día no encontramos a mi mamá.

Mi papá ha venido vendiendo toro para que saquen de cuartel, pero ya no hay ya. Nosotros hemos gastado para sacarla. Mi papá era joven en esa época, ahora ha fallecido. Él estaba triste.

Secuelas de la violencia

Nos hemos quedado tristes, así hemos crecido, llorando, sufriendo, qué vamos a hacer, y no aparece, no aparece. Tanto pensar también la cabeza ya mal se ha quedado.

Tanto he llorado … mi cabeza he sentido, hasta ahorita me duele mi cabeza, mi corazón, hasta mi hígado he sentido con pena. Nerviosa he quedado, cuando han entrado los sinchis, con miedo me he puesto, temblando, no podía hablar, nada. De ahí me he quedado nerviosa.

He buscado a mi mamá por allá, no aparece ni su ropa. Nadita hemos visto, pensamos, de repente mi mamá estará de cocinera por allá trabajando por Cangallo. Pero qué hace hasta ahora? Debe venir ya, pues le decimos, cuando pensamiento cuando llega a la cabeza.

Julio del 2000


"Hasta mi hija también dijo: "yo también hasta encontrarlo y saber su paradero, los restos de mi padre vamos a buscar. Yo también cuando voy a tener mi edad voy a buscar también".

D. A. M.

Tengo 36 años. Soy viuda, tengo un compromiso pero todavía no vivo con él. Tengo dos hijos, la mayor de 16 años, la otrita de 6 años, la de 16 era de mi esposo. Vivo con mis hijitos y mi mamá. He estudiado hasta secundaria completa. He nacido en Vilcashuamán, en un pueblo más chiquito, Huarcas. Yo me he venido hace 18 años para estudiar. A Huamanga hemos venido con mi hermano mayor. Acá ya me he casado.

Circunstancias de la detención

A las 12 de la noche, 1 de diciembre del 83, han entrado y a él lo han inculpado que era terruco, pero en realidad él no era así. Si fuera así, no estaría durmiendo en su casa, seguro estaría por ahí ocultándose, haciendo alguna cosa. Ese tiempo sólo cuando tenía enemigos, enemistad, entonces ellos decían él es terruco y lo echaban a él, inculpaban y por gusto lo llevaban. Esa vez él tenía 28 años, yo tenía 18 años.

Esa noche, estábamos durmiendo, teníamos un cuartito alquilado, mi esposo era cerrajero, teníamos un local, ese también era alquilado. Yo no había quedado totalmente dormida. Entonces en eso, mi esposo estaba durmiendo, me decía: "creo que han entrado", yo pensaba que eran rateros pero no eran, de noche han allanado. La puerta de calamina ha pateado. Eran de la policía. El día siguiente cuando he ido me han dicho en la Comisaría: "anoche han salido en la patrulla, el ejército, la guardia republicana, el servicio de inteligencia, todo mezclado han salido". Cuando entraron dijo así: "Nos tienes que acompañar". No querían que prendamos la luz tampoco. Entonces en ese momento, a mi esposo empezaron a hacer levantar del cabello. En eso yo me he desesperado, me he agarrado de mi esposo, de su chompa. Querían llevar así con su ropita con la que estaba dormido, descalzo querían llevar, entonces yo me he levantado, mi bebito llorando, el chiquito desesperado, "Por qué vas a llevar a mi esposo, mi esposo qué culpa tiene?", "Terruca, cállate! Ahorita te vamos a volar los sesos!", me dijo. "Por qué? Qué cosa hemos hecho? Estamos en nuestra casa, en donde ustedes han encontrado a mi esposo, mi esposo trabaja acá". Entonces nada, nada le ha soltado. En eso, mi esposo, les ha dicho: "me voy a poner mi ropa. Cómo me van a llevar así descalzo?". Pero como así, yo le he agarrado así de su ropa, mi esposo rapidito se ha puesto chompa, sus zapatos y su casaca. Entonces en eso empezaron a jalar del cabello, delante de mi estaban golpeando, "terruco" le decían, tratando de lisuras, conchasumadre… yo me he prendido: "¿por qué lo van a llevar?". En eso me han puesto arma en la cabeza, nada yo no tenía miedo en ese rato. "Aunque sea mátame, yo no lo voy a soltar, no lo van a llevar". Entonces dos me han agarrado, me han quitado mi mano, mi dedo me había torcido, yo me había caído, casi 15 encapuchados en un cuartito, llenecito, en el ropero ahí nomás toditito nuestras cosas empezaron a buscar, las ropas en el suelo, la cama que han levantado, hasta a mi chiquita, a mi bebita me han hecho caer al suelo. Empezaron a golpear el colchón, todo, empezaron a buscar, pero no han encontrado, "qué cosa van a encontrar, nada". Yo me había quedado desmayada, me han tirado como trapo al suelo no sé con qué me he chancado y así parece que dormido me he quedado. Entonces me he despertado y ya no estaban. Entonces veo la puerta de afuera nos habían amarrado. Mi bebita estaba a mi lado, llorando, cuando me he despertado, ella estaba ahí, todas mis cosas en el suelo, teníamos nuestra platita que hemos guardado, porque no pudimos guardar en el banco porque era para cancelar nuestro terreno, todo eso, nuestra plata se lo han llevado. La plata se lo había llevado. El de 4 años también estaba llorando, desesperado.

Búsqueda en centros de detención

Entonces al día siguiente cuando amaneció, yo no sentía nada, yo apenas que amaneció me he ido al cuartel, entonces ahí primerito le pregunto: "¿dónde van a llevar?, dónde voy a ir a buscar?, ¿Por qué van a llevar así?"; "vas a ir cuartel", así me dijo, y de ahí al día siguiente me he ido al cuartel, me dijo: "Cómo vas a llorar de un terruco?, tú eres joven, búscate otro hombre, un terruco no vale la pena", y me insultaron. Después he venido a la comandancia, fui a buscar desde ese día, nada. Al fiscal desde ese día he llevado denuncia, todo. Todo eso hice al día siguiente.

Después ya una señora me ha dicho "con ese coronel puedes sacar". Pero ya no tenía, porque ya habíamos gastado nuestra platita que habíamos guardado, todito he terminado, por gusto me pedían plata. Pero pasando 4 o 5 días, un capitán, un tal Llerena había sacado su nombre del cuartel. Lo habían torturado me dice, si aguanta los golpes, va a salir en 15 días.

Para presentar documentos nos juntábamos con otras señoras. Esa vez no sólo a mi esposo habían traído sino a varios habían traído. Entonces con una señora nos hemos conocido con el señor también, con ellos fuimos los primeritos que estábamos presentando documentos.

Búsqueda en el campo y hallazgo de cadáveres


De vuelta he escuchado que habían 9 cadáveres en Infiernillo, hay un huaico, ahí también he ido, cargando a mi bebito pero hemos encontrado cinco cadáveres nomás, con unas señoras más hemos ido, tres hemos ido, de ahí he bajado, no sé cómo he bajado, he llegado y ahí también me parecía que estaba vivo, que estaba respirando, pero por la espalda había cortado con cuchillo y entonces por ahí, como estaba agusanado, estaba saliendo sangre, toditito le habían calateado, bien calatitos estaban, dos chicas y tres varones. Entonces yo para reconocer su cara le he volteado, toditita la cara le habían cortado con cuchillo. Y su ojo le habían sacado, le habían puesto pintura. Y así, más abajo, estaban todos. En eso el taxista que nos ayudaba nos dice, cuando lo matan en el cuartel, lo traen, así lo botan, cuidado les alcanzan y les va a matar a todos. Entonces mirando eso nomás he buscado en su pie tenía cicatriz que manejaba moto él, se ha quemado, tenía una cicatriz grande. Entonces en eso empecé a buscar a todos pero no había. Entonces me he regresado, entonces justo como ha dicho el taxista, vinimos, como media cuadrita y ya los militares con su carro ya estaban buscando, por aquí, por allá. Hasta estos años he buscado. En Lima también he ido a la cárcel, he ido a buscar, pero nada. De los que han salido no me han dicho nada, no le he encontrado, solamente el capitán mismo, él capitán Llerena, ese capitán era del ejército, él me dijo que mi esposo estaba adentro pero pasando 3, 4 días, nomás todavía. De ahí otro capitán, Blanco (qué habrá sido su sobrenombre), él también me dijo, yo lloraba entonces me dijo: "me da pena, mucha pena me da porque de atrás del cementerio conmigo más hemos sacado, si nos hubiéramos conocido más antes, no hubiéramos hecho nada. Pero el muchacho no ha aguantado la tortura, estaba muy grave pero de ahí no ha aguantado", de frente me dijo. Como medio mareado nosotros hemos invitado, con una chica que trabajaba en el cuartel me he conocido, y entonces como se conocían, amigos eran, con la chica se ha juntado. Entonces ahí me dijo: "si va a resistir todos los golpes, todas la torturas, va a salir del cuartel en 15 días, ahí puedes ya sacarlo".

Secuelas de la violencia

Y después ya con mi hermana, nuevamente he regresado con mis familias, con mi hermana, con mi mamá. Siete años he estado, llorando, yo no me he olvidado (…) me he enfermado, casi medio año así estaba enferma, como 6 o 7 meses. Me ha dicho que tenía mucha pena, y siempre mi corazón sentía; así "no solamente tú estás complicada con todo esto nada más", me decía el doctor.

De ahí cuando me he enfermado, no he trabajado y no tenía para comer. Porque mi mamá era del campo, no trabajaba en nada, mi hermano era estudiante. Entonces de ahí cuando me he sanado ya empecé a trabajar, pero siempre buscando. Hay veces se enfermaba mi hijita, no era totalmente sana.

La permanente incertidumbre

¿Y dónde está?, hasta ahora no sabemos, hasta cuando yo me muera siempre voy a estar diciendo que era totalmente inocente, por qué va a desaparecer por gusto, por nada.

Hasta mi hija, también dijo: "yo también hasta encontrarlo y saber su paradero los restos de mi padre vamos a buscar, yo también cuando voy a tener mi edad voy a buscar también". Ella ya tiene 16 años, a veces le piden libros, entonces como yo no tengo trabajo ella dice: "si hubiera estado mi papá". Ni siquiera las familias de mi esposo nunca nos han ayudado, ni un pedazo de alimento, nada. Entonces ella dice, "si es que hubiera estado mi papá". Un año yo le he hecho quedar, por eso recién está terminando este año. Ahora para que entre a la universidad, ella quiere prepararse para derecho, entonces como yo no tengo dinero le digo: "aunque sea en instituto puedes estudiar", "no mamá, yo voy a ingresar a la universidad".

Pedido a las autoridades

Le pediría que nos ayuden que hagan justicia porque nosotros personas inocentes que han hecho desaparecer, nos duele a sus familias, siempre nos recordamos. De repente si hubiera trabajado en otro sitio, pero él trabajaba en mi casa nada más y hasta íbamos a comprar materiales juntos, así nomás solo no salía. Si era inocente porque van a hacer desaparecer. Ni siquiera el resto nos ha entregado, si hubiera estado en la cárcel siquiera nosotros hubiéramos ido a visitarlo, a verlo. Pero ahora totalmente le han quitado la vida de un inocente, eso no vamos a olvidar. Siempre queremos nosotros la justicia. Al gobierno nosotros queremos que nos escuche. Hace mucho tiempo que hemos presentado para diálogo, nada, ni diálogo no nos recibe. Eso siempre vamos a estar exigiendo, no nos vamos a callar, hasta saber lo que ha pasado con ellos.

Julio del 2000

Fuente: Defensoría del Pueblo del Perú
http://www.ombudsman.gob.pe



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