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TESTIMONIOS DE SOBREVIVIENTES DEL GENOCIDIO EN EL PENAL DE CANTO GRANDE DE 1992.


Testimonio de un combatiente de Salud.


Eran las 4 a.m. del día 6 de mayo, estábamos en vigilancia cuando vimos la señal de las compañeras avisándonos la presencia de la reacción. Inmediatamente informamos y al poco tiempo se escuchó la voz de !rojo!

Los compañeros estaban en sus puestos de combate, cada uno con un maletín para atenciones de urgencia. J. A. y otros, en el 1er piso; en el 2° piso P. y R. en el 3° F. y L. en el 4° L. y A. de enlace estaba A.

El combate es cruento y en medio de esto cae herido el c. W. con una esquirla que le ingresa al globo ocular, le produce sangrado, estaba en la cabina del 2° piso, es trasladado a Salud por los c. D. y V. se le detiene el sangrado y se le cubre el ojo afectado, hasta el momento no ve nada con ese ojo, también resultó herido el c. M. una esquirla en la mano, algo leve, siguió en su puesto de combate. En ese momento avisan que hay heridos en el 4' piso, subió a atender el c. D. era el c. J. que tenía una herida en el pómulo izquierdo, sangraba bastante pero no era de gravedad, se le puso un tapón de gasa y volvió al puesto de combate,

Los cc. tebecianos nos apoyaban en el traslado de heridos y materiales. Se siguió combatiendo hasta el medio día, las cc. estaban defendiendo la cabina del 2° piso en el 1A, las cc. estaban incendiando esta cabina, estaban en esa lucha cuando en el 4B una bala genocida penetra en la cabina del 3er piso y de rebote le cae al c. César en la cabeza, era bala de FAL, le transportaron inmediatamente a Salud del 3er piso, lo atendió el c. Francisco, la bala le había destrozado gran parte del cerebro, no se pudo hacer nada, murió casi al instante. En ese momento llegó la directiva de ir todos al 1A, se procedió a trasladar al c. L, que tenía hemiplejia ... el c. S. que es invidente también fue trasladado, los c. de los pisos también se trasladaron lo hicimos en bloque todos juntos con los tebecianos. Al llegar al 1 A teníamos que ingresar y pasar por la cabina del 2° piso que tenía destrozados los parapetos por instalazas, había francotiradores, ingresaron rampando, lo hicimos en medio de balas y en el camino encontramos algunos cc. que habían dado su vida, no pudimos reconocer a ninguno, nos teníamos que desplazar con rapidez. Allí cayó el c. Juan, era tebeciano y estaba con nosotros, luego supimos que otros cc. antes y después de que nosotros pasamos, habían muerto en ese papel.

Una vez en el 1A tomamos contacto con las cc. de Salud, la c. D. nos indicó dónde deberíamos estar, los pasadizos estaban llenos de compañeros y compañeras; con dificultad se podía transitar, Llegamos hasta donde estaba el c. Fidel, estaba gravemente herido, tenía varías perforaciones en el tórax, estaba aguantando, murió en ese momento, lo atendía el c. Francisco.

En otro cuarto el c. D. atendía al c. E. que tenía una herida de bala en la cabeza, sólo le había raspado, tenía una herida de 10 cm por lo menos. No había hilo para suturar, se encuentra CATGUT y con eso se inició, faltó hilo, se pedía y no llegaba, así el c. siguió conteniendo con aguja e hilo de ropa, ahí se presentó un hecho, cuando llegó el c. E, estaba todavía aturdido por el impacto, lo recostaron en la cama, ahí, sintió el olor de unas galletas que estaban en la cama y en medio de su aturdimiento las cogió y se las comenzó a comer, un c. que estaba ahí le pregunta por qué se las comía, y E. sonriente ya, responde: "herido que come no muere", causó risa esto; demostración del optimismo con que luchaban los combatientes. Cuando se terminó de coser al c. E. llegó el c. Jorge, tenía una herida en el muslo que le había causado una bala, se le palpó y el fémur estaba fracturado, otra bala le había atravesado el abdomen de derecha a izquierda, en la salida había arrastrado intestinos fuera de la cavidad abdominal, ahí el c. F. comienza a observar la herida y Jorge le emplaza diciéndole: ¡¿qué pasa F. no puedes?! a lo que F. responde: Acá nada es imposible, llamó al c. D. y sobre la marcha comenzaron a operar, se le introdujo los intestinos a su lugar y procedieron a
coser por capas desde dentro hasta la piel, se le hizo con anestesia local, luego se pasó al muslo se taponea la herida se la vendó y se inmovilizó el muslo. Del 1° piso llegó el aviso que había heridos, bajan los compañeros D. y Andrés, encontraron heridos a los compañeros Marco, con perforaciones de bala en el pulmón derecho, con entrada y salida, respiraba por la herida, el c. D. sutura las heridas más comprometedoras, reduciendo la pérdida de aire. Estábamos en pleno combate y algunas instalazas golpeaban los parapetos, las metrallas repiqueteaban en las paredes, el c. D. le dice al c. A. que coloque una vía al c. Marco mientras él iba a atender a los otros c. V. y R.; se atendió primero a V., tenía una bala que le había atravesado la cintura pélvica de derecha a izquierda y sangraba profusamente, también tenía una bala que le había atravesado el pie izquierdo, lo que se hizo primero fue buscar la arteria o vena de donde provenía la hemorragia para poder fijarla, esta se encontraba demasiado dentro por lo que decide meterle una mecha de gasa que taponee la herida, luego se vendó fuertemente la cadera, luego pasó al pie del cc. con una pinza limpiaba la herida, tocó algo duro, lo sacó, era un pedazo de hueso, el pie estaba destrozado, procedía a taponear las heridas
y alistarlos para evacuarlos al 2° piso porque en el 1° el combate arreciaba y no se podía seguir atendiendo allí, se los trasladó al 2° piso, allí se continuó atendiendo. El c. Marco era el más grave, el c. D. pidió una manguera para reducir el neumotórax o hemotárax que tenía Marcos, no se pudo conseguir este material, trató de controlar esta situación cuando llega la directiva "todos al 4B". Se preparó el traslado, se colocó en frazadas a los heridos, para poder transportarlos, en ese momento el c. Marco tiene un paro cardiaco, se intenta masajes al corazón y respiración boca a boca pero fallece. Estamos seguros que sí llega al 4B lo salvarnos. Llegó la c. María Villegas con una serie de impactos de bala en el flanco derecho del abdomen, se le preparó también para el traslado.

El traslado al 4 B se inicia, la cabina del 2° piso estaba descubierta, los perros seguían disparando, se dieron cuenta que estábamos pasando y comenzaron a lanzar instalazas, los cc. tebecianos de "Conquistar el Poder" nos apoyaron a transportar heridos; el c. P. lleva al c. Luis. y el c. P. a la c. María, estaban en la cabina y entró una instalaza, y explosionó, los cc. quedaron desmayados, los primeros en reaccionar fueron P. y L. terminaron de cruzar, se aprovechó ese momento para pasar más rápido, llevaron también a la c. María, cuando el c. P. reacciona estaba todavía aturdido, pensó en su tarea y cogió al primer herido que encontró pensando que era la c., pero pesaba mucho, se detuvo a ver a quién llevaba y era el c. V; el c. P había perdido la noción del tiempo al estar desmayado; la c. había pasado hacía un buen rato. En ese trayecto al 4B habían sido heridos otros c. más. Salud fue de los últimos en salir del 1 A; cuando llegamos al 4B un c. que nos esperaba nos dijo: "hay heridos en el 3er piso"; llegamos, el c. V. había intentado contener la hemorragia que tenía la c. Vilma, por la ingle por herida de bala, le había roto la arteria femoral, encontramos que también habían muerto la c. Rosa Luz y el c. Carlos Jesús.

Una vez que estábamos en el 4 B nos dispusimos nuevamente en nuestros puestos de combate 1°, 2°, 3° y 4° piso; en el 3er piso en la sala "Nuevo Poder" ubicamos a todos los heridos graves; sumaban 47, había bastante trabajo así que lo planificamos, teníamos el apoyo de las cc. de Salud, así evaluaron el c. D y Francisco a los más graves y especificaron qué medidas se iban a tomar. Las cc. procedieron a curar a los heridos y controlar los signos vitales. El c. Victor H. se encargó de hacer su relación de heridos y sus tratamientos, sobre la marcha se inició el trabajo, el más grave era el c. Elmer Jesús, tenía una bala que había atravesado su hígado y presentaba un abdomen agudo, se decide operarlo ahí mismo, mientras se comenzaron a buscar los instrumentos que estaban extraviados el c. D. procedió a suturar una herida que tenía el c. C. en la espalda, era un roce de bala, le había arrancado un trozo de masa muscular y tenía expuestas las costillas; procedió a abrir más la herida para poder limpiar la carne quemada, la herida medía 15 cm aprox. se culminó sin problemas ni complicaciones a pesar de que no se tenía instrumentos. Al mismo tiempo se procedió a preparar al c. Elmer Jesús, para operarlo. Carecíamos de varías cosas, instrumental principalmente, no teníamos pinzas hemostáticas, sólo uno para músculos, tampoco portabisturi ni portaagujas, tampoco instrumentos para hacer el lavado de intestinos, ni aspiradora para secar la sangre de la cavidad abdominal, no teníamos luz, era de noche, tampoco una camilla aparente (quirófano), no sabíamos el tipo ni grupo de sangre del c., tampoco equipo de transfusión (bolsas de sangre), ni guantes quirúrgicos, los c. D. y F. evaluaron esta situación y decidieron operar de todas maneras, era la vida de un combatiente, no se podía ser un espectador estático de su muerte. Convocaron a los c. que iban a participar y se distribuyó las tareas de la siguiente manera:

1. Cirugía: D. y F.
2. Anestesia: c. M. y L.
3. Signos vitales y vida: c. Z.
4. Instrumental: V. H.
5. Iluminación: R. P, E. y D.
6. Laboratorio: Vidal y L.

Nos apoyaban también M. y T.

Sobre los instrumentos que faltaban para hacer la incisión, se les reemplazó con las propias manos, para el lavado de los intestinos se cortó una manguera de venoclisis y se la unió a una jeringa, la más grande que teníamos (20cc) y la aspiración era manual, sobre la iluminación utilizamos vela y una linterna, a esta última se le acabaron las pilas, culminamos la operación con velas, no teníamos tampoco camilla especial así que se operó en el piso, sobre el tipo y grupo de sangre utilizamos una "prueba cruzada", es decir unimos la sangre del herido con la del donante en una placa de vidrio bien limpia. Si había aglutinación quería decir que no era compatible y si no había aglutinación entonces era compatible, no sabíamos que grupo, ni tipo de sangre era, tampoco si estaba infectada, esto lo averiguarnos preguntando a los donantes. Que sea compatible era suficiente en ese, momento,
no teníamos equipo de transfusión así que cortamos dos equipos de venoclisis y los unimos quedando las agujas en los extremos, así teníamos una vía para inyectar la sangre de cuerpo a cuerpo. No podíamos saber cuánto de sangre se inyectaba, así que calculamos una cantidad de gotas llenadas, así calculamos cuántas gotas hay en un centímetro cúbico (cc), ese dato lo calculamos
con la rapidez del goteo del donante y así obtuvimos el tiempo que debía permanecer con la vía, eran cuatro minutos en los que se inyectaba una unidad de sangre. Cuando hicimos la convocatoria
para los donantes, varios cc. y cc. se ofrecieron entre ellos: R. M. M. T. y otros cc. más, todos bien dispuestos.

Así, se procedió a iniciar la operación, se hizo la transfusión de sangre, quien la dio fue R., luego se colocó una vía con Dextrosa al 5%, se le agregó la botella Ketalar y por goteo se procedió a anestesiar. El c. F. inició cortando en el flanco izquierdo unos 20 cm. En vertical y en el extremo superior del corte unos 15 cm hacia la línea central del abdomen, se levantó todas las capas musculares, quedando al descubierto las costillas, se observó que 2 costillas estaban rotas y del hígado sólo se veía una parte del desgarro que tenía, se procedió a extirpar los segmentos de las costillas que estaban rotas, así que quedó a la vista la mayor parte del hígado, éste tenía un desgarro de 10 cm y la perforación de la bala; ésta había atravesado el hígado y se alojó en la parte posterior del abdomen, pero no había causado daño, por lo que se decidió dejarla allí, el desgarro era grande y la sangre brotaba constantemente, se tenía que suturar inmediatamente, el c. F. procedió a hacerlo con bastante cuidado, porque el hígado tiene un tejido muy blando y si se lo hace sin cuidado se desgarra y se amplía más la hemorragia; llegado un momento tenía que coser el hígado que estaba debajo de, las costillas, no podía por tener los dedos gruesos, así que se le pidió al c. D. lo hiciese, el c. terminó de suturar sin ningún contratiempo, luego verificó que no hubiese hemorragia en todo el abdomen, no sabía, por lo que procedió a limar los bordes astillados de las costillas, para que no puedan lastimar después de cerrar la operación. Así junto al c. F. procedieron a lavarlos intestinos con suero, el c. D. limpió todos los coágulos que había, mientras el c. F. succionaba los restos con el aspirador manual que habían confeccionado.

Una vez limpio todo, se procedió a cerrar uniendo las capas todas, hasta llegar a la piel, en ese momento un c. llama al c. D. urgentemente, por lo que el c. F, terminó de cerrar. La operación había concluido después de 4 horas treinta minutos de duración, eran las 12.30 de la noche, dejamos reposar al c. E. después de fajarlo, sus signos vitales estaban estables se le inyectó cefaestina (antibiótico) y tramal (analgésico), gran labor colectiva ¡triunfo del Presidente Gonzalo! dijimos. Había momentos en que, todos apiñados en la operación semiechados no dejamos sitio para la iluminación, así el c. R. montado en la espalda del c. F. para alumbrar, mientras éste abría con sus manos el abdomen para que el c. D. pudiera suturar; el c. R. que sostenía la vela, ponía la mano para que ésta no goteara dentro del abdomen.

Todo esto en medio del estruendo de balas y bombas.

Al mismo tiempo que se estaba operando al c. E., surgió un problema de agravamiento del c. H. que tenía una perforación en el pulmón, por la espalda tenía una entrada y salida de bala, el aire que respiraba salía por la herida, lo estaba atendiendo el c. P. y L. sobre la marcha iniciaron su operación, le inyectaron quetalar por goteo, para el c. L. era la primera vez que hacía el papel de anestesiólogo solo, el c. P. nunca había cosido un pulmón, así se atrevieron, eran vidas de cc., no se les podía dejar ir sin luchar. Suturaron pleura, músculos y cerraron correctamente hasta la piel sin complicaciones. Otro triunfo del Presidente Gonzalo.

El Partido convocó a cohesionarse, todos tomamos firme posición por la Resistencia Heroica. Todos de pie, por dar la vida por el Partido y la Revolución ¡Por nuestro Presidente Gonzalo! Nos dimos la mano y nos abrazamos todos, un momento hermoso, sabíamos lo que se venía y no hubo un paso atrás, todos firmes y dispuestos. Así volvimos al trabajo, eran las primeras horas de la madrugada y seguíamos atendiendo, curando, hasta que nos dio la mañana, las bombas y las balas no habían dejado de escucharse.

En la mañana ordenamos todos los instrumentos y medicinas que teníamos; teníamos varias medicinas, unas servían otras no, se le delegó la tarea al c. A. y a la c. V. que estaba embarazada, quienes supieron ordenar todo y lo que se necesitaba estaba siempre a la mano, esto facilitó bastante el trabajo. Organizaron la medicina para cada combatiente herido...

Era medio día cuando el c. Hugo entró a ver a todos los heridos, conversó con cc. y cc. luego se detuvo en la habitación donde se encontraban los c. C., V. y Jorge, conversó con ellos luego sólo con Jorge, se gastaron algunas bromas, hubo risa y luego se retiró; luego de un rato cuando la c. D. estaba tomando la presión en ese cuarto, siente que el c. Jorge comienza a respirar con dificultad, la c. le va a tomar la presión y no encuentra el pulso, llama al c. F, que estaba en la habitación y éste se da cuenta que es un paro cardíaco, lo llama al c. D. mientras da masajes al corazón, llega el c. y procede a darle respiración boca a boca.

Llegó también el c. M. y le hizo una flebotomía en forma inmediata, en ese momento hace un paro respiratorio también, se continúa tratando de sacarlo de ese estado pero no se pudo, el c. había muerto, minutos antes conversando y ahora muerto, nos miramos, hubo un silencio total, había dolor, ira en cada rostro, luego procedimos a informar, se nos dejó que lo traslademos, lo cubrimos con una frazada y se le transportó.

El combate era continuo y esa tarde evaluamos nuevamente a los c. heridos, estaban V. M., María V., R., E., G., R., M., Z., A., J., M. y otras c. más. V. necesitaba operación inmediata, había el riesgo que si se infectaba tenía que amputarse, no podíamos permitirlo. Los c. D. y F. procedieron a preparar las cosas para operar, aquí se distribuyeron las tareas de la siguiente manera:

1. Cirugía: D. y F.
2. Anestesia: L.
3. Instrumentos: A.
4. Iluminación: D.

Se le aplicó quetalar por vía endovenosa 2 cc y luego se controló por goteo, se procedió a cortar la piel longitudinalmente, 10 cm, luego lateralmente de los extremos del corte unos 5 cm en cada lado en la incisión cortaron dos venas las pinzaron y luego las ligaron, limpiaron la herida de todas las impurezas, y todo lo que podía infectar, luego procedieron a ordenar los huesos que estaban rotos, eran los metatarsianos del pie, se los puso en su lugar y luego de forma delicada se procedió a cerrar, una vez que se culminó esto no teníamos vendas con yeso, lo que hicieron fue vendarla e inmovilizar el pie, terminaron así a la media noche, esperaron que despierte el c.; cuando lo hizo vio al c. D. y le preguntó "¿cómo ha quedado?" a lo que él le respondió: "listo para un partido de fulbito" ambos sonrieron, V. quiso levantar la cabeza, sintió los estragos de la anestesia y comenzó a agitar: "¡Viva el Presidente Gonzalo! ¡Viva el Partido Comunista del Perú! ¡Viva el marxismo leninismo maoísmo, pensamiento Gonzalo!" y se le aplicó antibióticos y analgésicos, luego conversaron largo rato recordando cómo se conocieron y se hacían bromas mutuamente, luego el c. V. se quedó dormido, eran las 2 a.m. A esa hora se hizo una revisión a los casos más graves, estaba el c. G. con un traumatismo encéfalo craneano (TEC); se le había colocado dextrosa y estaba al parecer con un edema cerebral, estaba perdiendo funciones corporales,... el resto de c. estaban estables. Se cambió de turno y los c. fueron a descansar. Entraron los c. A. y P. en su reemplazo hasta el amanecer. Los genocidas se pasaron toda la noche lanzando bombas lacrimógenas y cargas, así como disparos cada cierto tiempo.

El día viernes amaneció... El c. Elmer que habíamos operado primero nos saludó, estaba consciente y no tenía fiebre, su presión era estable ... H. caminaba lentamente sin muchas molestias, el c. C. estaba mucho mejor, el c. G. se había estabilizado, pero sin recuperar plenamente la conciencia, lo mismo que el c. R., la c. M. tenía una bala cerca a la columna, no sentía sus piernas y no podía contener la orina, la bala le había afectado pero no había riesgo de su vida, la c. María Villegas tenía 8 balas en flanco derecho del abdomen agudo... se le comenzó a preparar condiciones para en caso de urgencia se la operase. La c. R. tenía una bala en el abdomen pero no tenía síntomas de un abdomen agudo por lo que se le tenía en reposo con antibióticos y analgésicos. El c. E. tenía varias esquirlas en todo el cuerpo, al igual que M. que tenía además un brazo fracturado, la c. M. comenzaba a recuperar la visión y la c. D. recuperaba la audición por lo que se incorporaron a sus puestos de combate.

En la tarde la c. María V. comenzó a agravarse por lo que se decidió operar...

En la noche el Partido dispuso la evacuación de los heridos, salieron por la ventana del 2° piso (Cabina). Quedamos con pocos heridos, ninguno de gravedad.

La madrugada del día sábado los genocidas arreciaron su ataque a todos los pisos, llegaban heridos tras cada combate con la reacción, durante ese día llegamos a atender a 150 compañeros la mayoría era por esquirlas o contusos por las explosiones constantes, era incesante la llegada de heridos, ya no se podía coser; en algunos casos sólo se taponaban las heridas, se las vendaban y los combatientes volvían a sus puestos de combate. Eran momentos sumamente difíciles, se nos acabaron los hilos para sutura, ya no teníamos vendas, se rompían las cortinas, las sábanas y se improvisaban vendas, no había sitio para los heridos. En todos los pisos era igual. Un combatiente, el c. P. llegó a Salud del 3er piso, tenía dos entradas y dos salidas de bala, se le vendó y se le planteó un momento a lo que él respondió: "Si he de morir que sea en mi puesto de combate, les pido que me dejen ir", dejamos que vuelva a su puesto de combate, actos como éstos se veían a cada momento, todos querían volver pronto a sus puestos de combate.

Ya eran las 4 de la tarde, cuando la Dirección dispuso "Salud baja al 1er piso junto a la Dirección". Así lo hicimos, bajamos, seguían llegando heridos; en el 2° piso los c. se batían defendiendo la sala "Atreverse", que era la más bombardeada, luego se escuchó una gran explosión seguida de otras, menores, los genocidas habían abierto un boquete y metían bombas incendiarias de gran potencia, la onda de calor llegó hasta el local de Salud; el c. Percy que se había quedado a medio camino y recurrió para poder respirar a los tubos que estaban en las paredes, pudo recuperarse y salir.

Dieron las 5..25 p.m. y "una explosión fuerte trajo abajo la pared que dividía la sala 1 de la 2, se abrió la puerta, que da a "Tierra conquistada", la sala 1 se llenó de humo y polvo, no se
podía ver. La Dirección planteó, "vamos a salir, quieren genocidio, que los comunes sean testigos".

Todos los cc. de Salud debían sacar heridos, salió la Dirección primero, cogidos del brazo, entonando La Internacional, las balas genocidas los asesinaron, la Dirección dio el ejemplo, todos salimos, los perros comenzaron a fusilar en la rotonda, en el callejón del 7B y en la rampa que da a Admisión.

Presidente Gonzalo, el Junio del 86 se ha unido al Mayo del 92, la Resistencia Heroica se ha cumplido, nuestros héroes de Mayo abrigaron con la tibieza de su sangre, la sangre que derramaron nuestros héroes de Junio. Nos reafirmamos en seguir su ejemplo, tu ejemplo, de dar la vida por el Partido y la Revolución, hoy, mañana y siempre.

Un combatiente de Salud



(Del folleto "Gloria al Día de la Heroicidad". Primer Aniversario - Mayo 1993)




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