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¡GLORIA AL DIA DE LA HEROICIDAD!


I.- LA GUERRA POPULAR EN EL PERU

El 17 de Mayo de 1980, el Partido Comunista del Perú cumpliendo con su misión histórica tomó las armas para llevar adelante la revolución democrática que derrumbe la explotación y opresión del imperialismo principalmente yanqui, del capitalismo burocrático y de la semifeudalidad subsistente a fin de conquistar el Poder para el proletariado y el pueblo, dentro del contexto de la revolución mundial y sirviéndola. Desde entonces y bajo las invictas banderas del marxismo-leninismo-maoísmo y el pensamiento guía, se desarrolla el camino de cercar las ciudades desde el campo y se libra la guerra revolucionaria como una sólo unidad siendo el campo el teatro principal de la acción armada y el citadino complementario pero necesario; en síntesis una guerra popular, en esencia una guerra campesina dirigida por el Partido Comunista cuya médula es crear bases de apoyo.

Los siete años de guerra popular victoriosa se explica porque contamos con un Partido de nuevo tipo, marxista-leninista-maoísta, pensamiento guía, porque sin Partido Comunista no hay revolución para el proletariado y el pueblo. Asimismo porque nuestro Partido está dirigido por el Presidente Gonzalo quien en dura brega lo reconstituyó, lo preparó y lo viene dirigiendo justa y correctamente en los siete años de nuestro proceso y lo enrumba hacia la consecución de nuestra meta final: el Comunismo, pasando de la revolución democrática a la revolución socialista y a sucesivas revoluciones culturales previamente.

Nuestra guerra popular tiene cuatro hitos: definición, preparación inicio y desarrollo de la guerra de guerrillas.

Definición. (mayo-junio 79) Clave el IX Pleno que se guió por la consigna "Definir y Decidir" aprobándose "Iniciar la lucha armada", terminando así un largo capítulo de la historia del Partido e iniciando otro: había culminado la Reconstitución y se abría la nueva etapa, la de la lucha armada.

Preparación. Es la I Conferencia Nacional (nov. 79) y la I Escuela Militar (abril 80) donde se vio la preparación. En este hito se sanciona el Programa del Partido, la Línea política general de la revolución peruana y los Estatutos partidarios; se resuelven problemas de estrategia política referente a la violencia revolucionaria, la guerra popular y la construcción de los tres instrumentos: Partido, Ejército y Frente Unico y, se asume la decisión de forjar la I compañía, el 3 de Diciembre de 1979, por eso en esa fecha conmemoramos el Día del Ejército Guerrillero Popular.

Inicio. El 17 de mayo de 1980, en Chuschi, con acciones de boicot a las elecciones se inició la guerra popular. Duró todo 1980.

Desarrollo de la guerra de guerrillas del 81 hasta hoy, tiene que ver con que nos encontrarnos en el período más largo de la guerra: la defensiva estratégica.

En estos cuatro hitos debe destacarse los planes militares: Plan de Inicio, Plan de Abrir zonas guerrilleras, Plan de Desplegar, Plan de Conquistar Bases, Plan del Gran Salto y actualmente Plan de Desarrollar Bases.

Los años transcurridos pueden sintetizarse así: el 80 es el inicio de la lucha armada, de la guerra de guerrillas; el 81 y el 82 son el despliegue de la lucha guerrillera y del surgimiento de los Comités Populares, del Nuevo Poder de obreros, campesinos y pequeño burgueses, de dictadura conjunta basada en la alianza obrero-campesina dirigida por el proletariado a través de su Partido; el 83-84 son las luchas en torno al restablecimiento-contrarrestablecimiento y, del 85 a hoy la continuación de la defensa, desarrollo y construcción para el mantenimiento de las bases de apoyo y la expansión e intensificación de la guerra popular en todo el ámbito de nuestras serranías, de Norte a Sur, de Ecuador a Bolivia.

En este séptimo año con el comienzo de la aplicación del Gran Plan de Desarrollar Bases hemos hecho el más grande remecimiento del Estado reaccionario fracturando sus bases con nuestra acción en el campo como principal y hemos logrado la mayor repercusión tanto nacional como intencionalmente. El Partido está demostrando su condición de heroico combatiente, el Ejército Guerrillero Popular está más templado y se desarrolla más y más y lo que es principal el Nuevo Estado se desarrolla también más y más; la incorporación de las masas a la guerra popular, principalmente del campesinado pobre es creciente y sólo así se explica los siete años de guerra popular marxista-leninista-maoísta, pensamiento guía victoriosa basada en el autosostenimiento, no está sujeta a ningún amo, superpotencia o potencia alguna, y por tanto con autodecisión.

II- LOS PRISIONEROS DE GUERRA.

Contra el Desarrollo de la Guerra Popular el Estado reaccionario desató su guerra contrarrevolucionaria, toda guerra se da entre dos campos. Esta guerra contrarrevolucionaria se guía por la estrategia de la contrarrevolución mundial encabezada por el imperialismo yanqui; así Belaúnde siguiendo los dictados de su amo imperialista lanzó a las fuerzas policiales a combatir la guerra popular a la que tildan de "terrorismo" y "siendo delito común" correspondía combatir a las fuerzas policiales, las mismas que usaron como método de "combate" la represión cruel, las detenciones, torturas, violaciones a las hijas del pueblo, asesinatos, siguiendo su política de "robar todo, quemar todo y matar a todos", teniendo como respuesta la justa ira de las masas que dirigidas por el Partido Comunista del Perú las derrotaron humillantemente; así fracasaron todos los operativos policiales.

Ante la derrota de las fuerzas policiales y principalmente por el surgimiento del Nuevo Poder, el gobierno de Belaúnde dispuso la intervención de las Fuerzas Armadas reaccionarias y se les encomendó el restablecimiento del orden público y por ende el aplastamiento de la guerra popular. Así, con el ingreso de las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de Belaúnde y posteriormente de Alan García han desatado, contando con el apoyo de las fuerzas policiales, el terror blanco en campo y ciudad aplicando sus planes de utilizar masas contra masas; pero al fracasar también este plan recurrieron al genocidio y dentro de él las desapariciones llegando hasta mayo de 1986 a ocho mil setecientos (8,700) peruanos que han sido asesinados en la forma más vil y siniestra; siendo cuatro mil setecientos (4,700) asesinados, muchos de ellos encontrados en las fosas comunes y cuatro mil desaparecidos (4,000). Son ocho mil setecientos hijos de las masas más pobres y explotadas, del campesinado principalmente y de los barrios y barriadas. A más de continuar con la persecución, detención, torturas y encarcelamientos de los prisioneros de guerra en siniestros campos de concentración, habiendo llegado hasta el genocidio de exterminio el 19 de junio de 1986.

Desde el comienzo la reacción, al no poder derrotar en el campo de batalla a la revolución, lo que ha hecho es cebarse con los que tenían en sus manos: los prisioneros de guerra. Así, desde que son detenidos son recluidos en calabozos inmundos, les son negados todos los derechos que su ley contempla, son torturados salvajemente desde la tortura sicológica como simulacro de fusilamiento pasando por los ahogamientos en pozas de agua sucia, descargas eléctricas en las partes más sensibles del cuerpo, quemaduras, golpes en la cabeza, en los pies, en el hígado hasta la violación sexual mediante la introducción de objetos contundentes (palo, fierro hasta FAL), tanto a hombres como a mujeres, tratando vanamente de quebrar su moral revolucionaria y obligarlos a firmar declaraciones autoinculpatorias. Torturas que se aplican en las dependencias policiales, de ellas principalmente la DIRCOTE, así como en los cuarteles de las Fuerzas Armadas. Luego de trasladarlos a cárceles que son verdaderos campos de concentración buscan sistemáticamente aniquilarlos por las condiciones infrahumanas en que viven. Allí los someten a una alimentación totalmente deficiente (se destina I/. 7.00 por prisionero, suma que no cubre ni para un tarro de leche), impidiendo incluso que sus familiares les lleven alimentos, por ejemplo está prohibido llevar comida los días que no sean de visita (sábado y domingo), e incluso se pone trabas limitando la visita a familiares directos y a éstos se les somete a revisiones humillantes y ante su justa protesta, por este trato, se suspende las visitas. En síntesis, se aplica un plan de aislamiento y aniquilamiento.

Siendo los prisioneros de guerra combatientes del Ejército Guerrillero Popular dirigido por el PCP, aún estando presos mantienen tal condición y cumplen las tres tareas del ejército de nuevo tipo:

- Combatir. Han desarrollado sucesivas luchas por conquistar y defender sus derechos, siendo las más importantes las libradas el 23 de diciembre de 1982 en el Frontón en que los prisioneros de guerra se atrincheraron durante cinco días sin luz ni agua ni alimentos ante una requisa de los guardias republicanos que los atacaban ferozmente. Los prisioneros resistieron heroicamente expresando su firme decisión de no permitir una requisa más pues eran robos y masacres. Esta lucha culmina exitosamente arrancando la visita de sus familiares que había sida suspendida hacía quince días.

Un salto en este aspecto es la lucha conjunta de las tres luminosas trincheras de combate (LTC) del Frontón, Lurigancho y el Callao del 13 al 16 de julio de 1985 logrando la firma de un Acta de 24 puntos en la que se les reconoció la condición de Presos especiales, como un paso al reconocimiento de su condición de presos políticos, obtuvieron se les reconociera las libertades y derechos constitucional y legalmente establecidos por la presión de la propia lucha popular, derivado de ellos es el derecho a la autoadministración y a vivir separados del resto de la población penal, entre otros beneficios logrados en dicha Acta.

Ni bien subió el Gobierno aprista esta Acta fue negada con el genocidio del 4 de octubre de 1985 en Lurigancho donde fueron asesinados con premeditación, sevicia y vesania, treinta prisioneros de guerra y veintitrés heridos de gravedad más doscientos cuarentitrés con diversas heridas. Los cadáveres no fueron entregados a sus familiares pese a existir mandato judicial. Sin embargo, este genocidio potenció la combatividad de los prisioneros de guerra sobrevivientes quienes desarrollaron una exitosa lucha el 30 de octubre (con toma de rehenes), logrando una nueva Acta de ratificación a la anterior de 24 puntos, a más alto nivel porque fue firmada por el vice-ministro de Justicia y otras autoridades del gobierno aprista. De ahí en adelante se desarrollaron campañas de desenmascarar y resistir al nuevo plan genocida en marcha.

- Producir. Los prisioneros de guerra hacían y hacen trabajos de artesanía diversa llegando a crear verdaderas obras de arte, a más de ser fuente de ingresos para la satisfacción de sus necesidades fundamentales y no simplemente una carga más para el pueblo al que sirven.

- Movilizar. Hacen trabajo de masas politizando, movilizando y organizando a sus familiares, así como para neutralizar a los presos comunes; y lo que es fundamental desarrollar su propio trabajo: ideológico, político y organizativo, en todos los planos, bajo la dirección del Partido Comunista del Perú.

Su vida en las LTC es ejemplar, disciplinada, alegre, organizada, cumpliendo tareas colectivas de estudio, limpieza y cocina. También celebran con exultante alegría las fechas históricas e importantes del Partido, el Ejército Guerrillero Popular y la Guerra Popular.

Así, mediante luchas los prisioneros de guerra transformaron las negras mazmorras de la reacción en luminosas trincheras de combate donde flameaban las banderas rojas con la hoz y el martillo; trincheras que fueron destruidas con el monstruoso genocidio de exterminio del 19 de junio. Los sobrevivientes actualmente se encuentran en la prisión fascista de Canto Grande, campo de concentración donde nuevamente por acción del Partido y la indoblegable lucha de los prisioneros de guerra, está surgiendo otra LTC donde de nuevo ya cantan, pintan consignas y desarrollan trabajo político combatiendo, produciendo y movilizando en condiciones más duras.

III. EL GENOCIDIO DEL 19 DE JUNIO.

Como hemos visto, parte de la guerra contrarrevolucionaria es el genocidio y así como se desató en el campo, ante el mayor desarrollo de la guerra revolucionaria, el genocidio se extendió a la ciudad con el gobierno de Alan García Pérez, expresándose en Garagay, y el 4 de octubre en Lurigancho. Es dentro de este marco general y el específico del plan de genocidio llevado desde años atrás contra los prisioneros de guerra, que debe enfocarse el genocidio de junio y en la perspectiva de la celebración del congreso de la llamada Internacional Socialista donde Alan García pretendía encumbrarse como "dirigente tercermundista", buscando además fortalecer su gobierno internacionalmente y, así, en mejores condiciones golpear la guerra popular en la parte que él consideraba más débil, los prisioneros de guerra; sumado a esto la venganza de la Marina por el aniquilamiento de Ponce Canessa miembro de su Estado Mayor y teniendo como antecedente las provocaciones sistemáticas contra los prisioneros de guerra en golpizas, amenazas de muerte, detención y persecución de sus familiares y defensores, la campaña de traslado al nuevo campo de concentración de Canto Grande, los vuelos de reconocimiento sobre el Frontón, las incursiones de la Marina y la aprobación por el Parlamento del regreso de los prisioneros a las cárceles de sus lugares de origen hacia ver claramente que el plan de genocidio apuntaba a su aplicación en mayor escala por uno u otros medios, buscando el gobierno aprista y las Fuerzas Armadas reaccionarias el momento más favorable políticamante a sus fines. El 18 de junio de 1986 los prisioneros de guerra de El Frontón, Lurigancho y el Callao se levantaron en rebelión contra el nuevo genocidio en marcha, después de haberlo anunciado públicamente ante los tribunales y autoridades, reiteradamente; se rebelaron en defensa de la revolución y de sus vidas demandando 26 reivindicaciones muy justas y racionales, siendo respondida por el Estado reaccionario, bajo la dirección política de García Pérez y su gobierno y a través de sus Fuerzas Armadas y Policiales, con un monstruoso genocidio de exterminio que ha repercutido mundialmente con la horrorizada condena de la bárbara matanza, derrumbando como castillo de naipes el pregonado prestigio internacional de Alan García; y generando en el país la más grave crisis del gobierno aprista agudizando las contradicciones en la propia reacción, removiendo las instituciones políticas particularmente a la autodenominada Izquierda Unida (IU) y en especial a Barrantes Lingán el aprista encubierto que la encabeza, y remecido profundamente a todo el pueblo peruano, arrancándole la careta al Apra y mostrando su verdadero carácter reaccionario de fascista y corporativo.

El 18 de junio del 86 a las 6 am., los prisioneros de guerra toman rehenes y exigen la solución de las 26 demandas que, en síntesis, era el respeto a las actas del 1 6 de julio y 31 de octubre de 1985 para lo cual piden la formación de una Comisión integrada por Autoridades, Familiares y sus Abogados; y, esto lo hacen conocer a los Jueces de Ejecución Penal y Fiscales de los 3 penales, viéndose éstos impedidos de cumplir sus funciones por la orden del Consejo de Ministros presidido por Alan García que dispuso el aplastamiento de la rebelión por las Fuerzas Armadas, a cuya dirección se sujetarían las Fuerzas Policiales.

El ejército fue el encargado de desatar el genocidio en Lurigancho y bajo su mando la Guardia Republicana (Llapan Atic); habiendo bombardeado con granadas de guerra explosivos y bazucas el Pabellón Industrial para posteriormente rematar a los heridos y fusilar a los sobrevivientes que según el propio Alan García habrían sido 100, los que fueron desnucados, atravesados con bayoneta y cercenados. En el Callao la encargada fue la Fuerza Aérea y bajo su mando la Guardia Republicana; con explosivos y baleamientos tomaron el control del penal asesinando a 2 prisioneras de guerra y masacrando a las sobrevivientes, para luego secuestrarlas y llevarlas a la cárcel de varones de Cachiche por un mes y, posteriormente, a Canto Grande. En el Frontón, se consumó una siniestra venganza de la Marina de Guerra habiendo atacado con cañones, explosivos, bazucas, FAL, granadas de guerra, por aire, mar y tierra; no pudiendo tomar el control hasta después de 20 horas por la feroz resistencia librada por los prisioneros de guerra, pese a encontrarse en condiciones muy inferiores; para después ensañarse con los heridos y cadáveres, dejando el Pabellón Azul reducido a nada destruyéndolo totalmente, luego de haber secuestrado a más de sesenta (60) y fusilado un número indeterminado de prisioneros de guerra. Sólo quedaron treintaicinco (35) sobrevivientes reconocidos. En total en las tres LTC doscientos cincuenta asesinados (250).

Los responsables de este crimen monstruoso son en primer lugar, Alan García Pérez, la dirección del partido aprista, el Consejo de Ministros incluido Alva Castro porque fue consultado, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales, principalmente los jefes de las distintas armas, especialmente superiores que ordenaron, planificaron y ejecutaron este negro genocidio; en segundo lugar, la dirección de la Izquierda Unida y principalmente Barrantes son corresponsables. En tercer lugar, los dirigentes de los partidos políticos, así como los jerarcas de la Iglesia que fueron comunicados de la situación y de las medidas dispuestas y no hicieron nada. Luego, no se puede menos que condenar los infundios, las infames imputaciones de los diversos medios y órganos de información entre los cuales está el semanario Amauta. También tiene responsabilidad la llamada Comisión de Paz, la Corte Suprema, el Colegio de Abogados de Lima principalmente, ¿qué hicieron?; la siniestra labor de Elejalde, entonces Fiscal de la Nación, que justificó el genocidio; el papel funesto de Luis Alberto Sánchez; la siniestra labor de Aquézolo, Mantilla que estuvo disparando en los hechos. La complicidad infame de Willy Brandt, de Carlos Andrés Pérez.

El genocidio del 19 de junio ha dado como resultado un triunfo político, militar y moral a la revolución dándonos incluso un DIA DE LA HEROICIDAD como un monumento imperecedero que guardaremos siempre.

IV.- NEGACION FASCISTA DE LA CONSTITUCION Y LEYES BURGUESAS.

El gobierno aprista, fascista y corporativo que encabeza el genocida Alan García Pérez fiel a su carácter reaccionario viola y niega los principios y leyes burguesas demoliberales, ya de por sí reaccionarias pero insuficientes cada vez que lo requiere para aplastar al pueblo, más aún enfrentándose a una guerra popular victoriosa, pues para combatirla los reaccionarios tienen que violar su Constitución y sus leyes, adentrándose más cada vez en el fascismo, como continuación del ordenamiento demoliberal para la supervivencia del propio Estado burgués ante los crecientes embates de la revolución. En el Perú, hoy, una muestra muy importante de este fenómeno y que debe destacarse no sólo por la grave perspectiva que encierra sino, particularmente, por su peligrosa y creciente extensión que amenaza a todo el pueblo, es la legislación contra el llamado "terrorismo" que el Apra esta desarrollando ("Ley antiterrorista", Tribunales especiales, arrepentimiento, rondas campesinas sujetas a las Fuerzas Armadas y Policiales, recompensas por delación, etc.; aparte del permanente estado de suspensión de garantías que soportan extensas zonas del país inclusive la capital de la República, toque de queda y restricciones de todo tipo, etc.). Así el Apra con estos dispositivos legales, dictados o en preparación, unidos a otros similares en los diversos campos de la actividad social por ejemplo microregiones, corporaciones de desarrollo, regionalización, entre otras, está sentando bases para el desarrollo de un ordenamiento jurídico fascista dentro de sus planes de imposición del fascismo y corporativización de la sociedad peruana y, según sueñan, en función de "cincuenta años de gobierno aprista".

El genocidio de exterminio de los prisioneros de guerra del 19 de junio de 1986 ha sido la máxima expresión de todas las violaciones y negaciones de los derechos, normas y principios y de los órganos de Poder demoliberales; no ha quedado ninguno en pie, así la llamada independencia y autonomía del Poder Judicial ha sido arrasada por los mandos militares y el Poder Ejecutivo. El Parlamento totalmente sumiso no ha cumplido ninguna función ni legisladora ni fiscalizadora mostrando cada vez su caducidad. El llamado Poder Electoral está al servicio del Ejecutivo y el gran elector es la Fuerza Armada, prueba de ello las últimas elecciones municipales. Por otra parte, la desaparición de cadáveres de muchos prisioneros de guerra, los entierros clandestinos, violan el derecho que tienen los familiares a enterrar a sus muertos y los hombres a ser sepultados.

Cotidianamente son violados y conculcados todos los derechos conquistados por el pueblo en duras jornadas de lucha; así el derecho de reunión, de inviolabilidad de domicilio, de organización, de huelga, de transitar libremente, de la libertad de expresión y opinión; y a más de la negación de los derechos individuales y sociales que todo ordenamiento demoliberal burgués reconoce, el propio derecho a la vida y la integridad personal han devenido hoy, bajo el gobierno de García Pérez, más aún en mera demagogia que pretende ocultar todo tipo de atropellos e iniquidades. En síntesis, el gobierno aprista encabezado por el genocida García Pérez es la negación fascista y corporativa del ordenamiento demoliberal burgués en nombre de los intereses de los imperialistas, los grandes burgueses y los terratenientes, lo que implica la imposición de un ordenamiento jurídico fascista cuyas bases se están sentando.

No enaltecemos ni enarbolamos las leyes demoburguesas sino que debemos denunciar y mostrar cómo el gobierno aprista y García Pérez que lo dirige violan y destruyen el ordenamiento básicamente demoliberal del reaccionario Estado peruano, sentando bases para corporativizar la sociedad peruana aplicando su concepción y política fascista y dentro de esto desarrollar un ordenamiento jurídico fascista. Así, García Pérez y su gobierno no son ni demócratas burgueses como algunos creen, ni mucho menos revolucionarios como demagógicamente pretenden presentarse; son simple y llanamente fascistas a quienes en poco tiempo, la lucha de clases, la Guerra Popular principalmente y el genocidio de junio finalmente les quitaron la máscara mostrándolos cual realmente son y no como algunos lo imaginan. Nuestra posición es la defensa de los derechos del pueblo y de la justicia que éste ejerce; estamos por la conquista del Poder para el proletariado y el pueblo, por el Nuevo Poder en desarrollo, por la Guerra Popular que lo sostiene y por un nuevo ordenamiento jurídico que sirva hoy a la dictadura conjunta bajo la dirección del proletariado representado por el PCP y sustentada en la alianza obrero-campesina y; en perspectiva a la dictadura del proletariado.

V.- EL GENOCIDIO Y LA CRISIS DEL GOBIERNO APRISTA, FASCISTA Y CORPORATIVO.

El genocidio de exterminio del 19 de junio le ha causado al gobierno aprista la más grave crisis hasta hoy, quitándole la careta nacionalista, democrático y popular, agudizando las contradicciones en la reacción, removiendo todas las instituciones, a más de un desprestigio internacional y una condena imborrable. Este genocidio, sumado a la agudización de la lucha de clases y dentro de ella a la Guerra Popular como principal, ha hecho definir al Apra su situación dilemática enrumbándose con la burguesía burocrática, desarrollando fascismo y corporativismo compaginándose con la tendencia del capitalismo burocrático y el viejo orden en el país, sin dejar por ello de representar también los intereses de la otra facción de la gran burguesía, la compradora y de los terratenientes semifeudales, dentro del dominio imperialista, yanqui principalmente y la penetración del socialimperialismo ruso que se abre paso.

El gobierno aprista, fascista y corporativo encabezado por García, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales después del genocidio han tenido que enfrentarse a una Guerra Popular más potenciada la que les ha propinado duros golpes, llegando a niveles más altos en forma contundente y certera, generando el mayor remecimiento del viejo y podrido Estado peruano hasta hoy.

En ese interín realizaron sus elecciones municipales, muestra palpable de cómo son las elecciones del fascismo y corporativismo, pero el gobierno quedó mal parado porque ha sido un proceso fuertemente cuestionado; allí se expresó también la colusión de Barrantes con el Apra. Más tarde lanzaron como globo de ensayo la reelección del genocida Alan García lo que demandaba modificar la Constitución, encontrando tal rechazo que tuvieron que dar marcha atrás, ahora por lo menos. La creación del Ministerio de Defensa es otro problema que le ha generado contradicciones al gobierno con parte de las Fuerzas Armadas, pues, el problema es el control de las mismas y para ello requerirían de un gran apoyo popular lo cual no tienen, quedando por delante 180 días en los que cualquier cosa puede ocurrir.

Uno de los dispositivos aprobados en las legislaturas extraordinarias es la llamada "Ley antiterrorista" que en esencia aumenta las penas y propicia la capitulación, el propagandizado arrepentimiento; pero lo principal es que el Gobierno aprista, con apoyo de los oportunistas y revisionistas han acentuado la campaña contra el "terrorismo" siguiendo así los pasos de su antecesor Belaúnde y, lo que es fundamental, el bastón de mando del imperialismo yanqui principalmente y del propio socialimperialismo ruso, pues, como todo el mundo sabe ha sido Reagan quien enarboló las negras banderas del "antiterrorismo" para oponerse y combatir las luchas revolucionarias en el mundo entero, en consecuencia, toda la fanfarria "antiterrorista" es simplemente parte de la guerra contrarrevolucionaria que sólo sirve a los imperialistas y socialimperialistas y reaccionarios y apunta directamente contra el proletariado, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo, contra la revolución proletaria mundial; esto es lo sustantivo, lo esencial y lo demás simple hojarasca demagógica o aislado hecho anecdótico que no pueden negar que la revolución es la tendencia principal del mundo y la Guerra Popular la principal forma de lucha para transformar el mundo, derrumbando el viejo orden existente e instaurando nuevas democracias o dictadura del proletariado en función de la irrefrenable marcha hacia el Socialismo y el Comunismo. La campaña "antiterrorista" del gobierno aprista encabezado por el genocida García Pérez marca, pues, a fuego su entraña fascista y contrarrevolucionaria; y su propaganda persistente y creciente contra la llamada "guerra sucia" no es sino parte de su "antiterrorismo", apuntando ambas, unidas a otras medidas tomadas, a sentar bases para sus planes de desenvolver más la guerra contrasubversiva cuya punta de lanza se orienta a nuevos genocidios, olvidando la reciente experiencia que, en el país mismo ha demostrado cómo la Guerra Popular es capaz de enfrentar y superar el genocidio y fortalecerse y templarse en él derivando, como lo prueban los años 83 y 84, la expansión y el desarrollo de la revolución, principalmente de la invencible Guerra Popular.

Otro dispositivo sancionado en las antedichas legislaturas es el referente a las comunidades campesinas cuyo centro es sojuzgar mas al campesinado pobre especialmente, pretendiendo hacer de la comunidad campesina la base del Estado corporativo sujetando, además, el nombramiento de sus autoridades a elecciones controladas por el Jurado Nacional de Elecciones con todas las arteras maquinaciones y fraudes que tales procesos implican; y a someter la comunidad más a las garras del capitalismo burocrático, del dominio imperialista y a la explotación y opresión del redivivo gamonalismo; pero de espaldas al problema de la tierra que neciamente consideran inexistente, negando el lema de "Tierra para quien la trabaja" e introduciendo la cuestión de los deslindes, el campo se convertirá más aún en aguda arma de contienda entre revolución y contrarrevolución y de nada o muy poco servirá el desagüe bomberil de las "tomas de tierra" que, como en el 74 sólo buscan hoy bajar la explosión revolucionaria del campesinado para que no tomen las armas y se incorporen a la Guerra Popular, de esta manera, quienes ayer sirvieron a Velasco ahora sirven a García Pérez. Pero el campo seguirá explosionando necesariamente y la Guerra Popular se potenciará más.

Así, las legislaturas extraordinarias han dado un magro y complicado resultado, y sigue agravándose la crisis del gobierno que va de tumbo en tumbo y del fuego a la hoguera. La crisis económica se agudiza cada día más, el dólar se dispara, los precios suben, la desocupación crece, éste que debía ser el año de la inversión no lo es y se enfrenta a una lucha de masas que aprenden cada vez más de la Guerra Popular. También el gobierno se ha enfrentado a una huelga policial en la que dio marchas y contramarchas quedando por los suelos el llamado "principio de autoridad".

En conclusión, el genocidio del 19 de junio lejos de sofrenar la Guerra Popular la ha potenciado, habiéndose generalizado y extendido en todo el país de frontera a frontera e intensificando, fracturando cada vez más las bases mismas del viejo Estado, acrecentándose el Nuevo Poder y desarrollando Bases de apoyo en la perspectiva histórica concreta de tomar el Poder en todo el país.

VI.- DIA DE LA HEROICIDAD Y DESARROLLO DE LA GUERRA POPULAR

El gobierno aprista y las Fuerzas Armadas elucubraron que con el genocidio iban a paralizar por dos años la acción del PCP, soñaron; pues, la Guerra Popular no sólo no se ha paralizado sino que se ha desarrollado con más contundencia, ha ganado más simpatía y apoyo nacional e internacionalmente; y lo más importante, su perspectiva real es conquistar el Poder en el Perú para el proletariado y el pueblo y su triunfo innegablemente servirá a la revolución proletaria mundial, coadyuvando así a que esta se guíe y sujete firmemente a la ideología del proletariado internacional, al marxism-leninismo-maoísmo, a las inmarscesibles banderas de Marx, Lenin y Mao Tsetung.

EL DIA DE LA HEROICIDAD es un hito en la lucha de clases y de la Guerra Popular en el Perú. Es un monumento imperecedero para el proletariado y los pueblos del país y del mundo; expresión del temple de los hombres que viene forjando el Presidente Gonzalo, el PCP, en la fragua de la Guerra Popular, causándole una asombrosa derrota moral a la reacción además de las consiguientes derrotas política y militar, a las Fuerzas Armadas que sustentan el caduco y podrido Estado peruano y al gobierno aprista, fascista y corporativo que dirige García Pérez y conduce el destino del viejo orden de explotación y opresión aún imperante.


¡GLORIA A LOS HEROES CAIDOS, VIVA LA REVOLUCION!

¡LA SANGRE NO AHOGA LA REVOLUCION, LA RIEGA!

¡VIVA LA REVOLUCION PROLETARIA MUNDIAL!

¡GLORIA AL MARXISMO-LENINISMO-MAOISMO!

¡GLORIA AL DIA DE LA HEROICIDAD!



SOCORRO POPULAR DEL PERU

Junio 87




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